Microsoft volverá a tener líos en Europa, esta vez a costa de su navegador y debido a una denuncia de Opera, fabricante de otro navegador. En la denuncia Opera afirma que Microsoft ha abusado de su posición de poder al integrar Internet Explorer junto a Windows. Este punto es similar al que ya obligó a Microsoft a distribuir una versión de Windows Sin el Media Player integrada, versión que, probablemente, no compró nadie y que prácticamente ha sido olvidada.
Además, y este punto ya es más novedoso, exige que el navegador de Microsoft cumpla los estándares abiertos en los que se basa la web. Lo que pide Opera, además del cumplimiento de estándares, es que se desligue Internet Explorer de Windows (cosa muy poco probable, tal como está diseñado el sistema operativo) o que venga con otros navegadores instalados.
Y, a riesgo de ser impopular, creo que Opera se equivoca en sus planteamientos. En primer lugar, exigiendo que Internet Explorer no venga con Windows. Hoy en día, cualquier dispositivo o sistema con acceso a Internet requiere de un navegador y sería un error que no lo llevara.
¿Porqué no se queja Opera de que los móviles de Nokia vengan con su propio navegador? Claro, Microsoft es la "presa fácil". Puestos a quejarnos por esto, exijamos también que no lleva ni el bloc de notas, ni la calculadora, ni muchos otros programas que vienen incluidos con Windows. Los mismos derechos tienen los fabricantes de navegadores que los de calculadoras.
Respecto al punto de los estándares, y aquí ya me llevaré el gran abucheo, la culpa es vuestra. Bueno, vale, nuestra. En general de usuarios y desarrolladores de páginas web. Si los desarrolladores no creamos páginas que cumplan los estándares y solo nos preocupamos de que se vean bien en Internet Explorer y si los usuarios no hacemos nada cuando esos desarrolladores actúan así (¿cuantos se han quejado en el banco porque la página web solo funciona con Explorer?), probablemente nos lo tenemos merecido.
Si un producto no tiene suficiente calidad (y creo que Internet Explorer no la tiene, o al menos hay opciones mejores) como consumidores estamos en la obligación de rechazarlo. Y debe ser el mercado quien lo haga y no una serie de leyes o un mandato de la Unión Europea. Ahora, si este organismo se planta y exige que los navegadores que vengan en los equipos que va a utilizar cumplan unos estándares ya estamos hablando de otro tema.
Ala, tenéis vía libre para despellejarme en los comentarios, pero agradeceré opiniones razonadas.
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