Obama ha confesado a los recién graduados que no sabe “trabajar” con iPods, iPads, Xboxes o PlayStations y que con ellos la información se convierte en una distracción, una forma de entretenimiento, en lugar de ser un instrumento de autonomía y de emancipación. - Nación Red
Dicen que Eva Almunia, la "candidata de Microsoft" a la presidencia del Gobierno de Aragón, como sugieren con malicia sus enemigos, marca la tendencia de lo que vendrá en la órbita socialista en cuanto a gadgets y dispositivos varios, con especial predilección por la escuela 2.0. El caso es que el presidente ya farda de iPad.
Mientras Obama "criticaba" el iPad y reinvindica instrumentos para la emancipación civil a la vez que no se dejaba quitar su BlackBerry, los de las marcas en Ferraz (o en el influyente Pignatelli) imponían su bazar al presidente. Y claro llegó la iPad de Apple que censura a WikiLeaks o se convierte en el dispositivo peaje entre las élites que quieren leer Time o WSJ y la gente que prefiere leer blogs en abierto (gratuitos, desenfadados e independientes).
Zapatero se decanta por un dispositivo de indudables connotaciones políticas en manos de un presidente del gobierno. La tableta de Murdoch y los yates de siempre.
Y es que "el iPad permite probar las posibilidades de la red sin tener que mezclarse con la chusma", escribía la magnífica Virginia Heffernan en el New York Times.
Sin sacar las cosas de quicio y mucho menos poner pegas al magnífico gadget en el terreno de lo particular (elección personal), no se puede negar que la tableta elegida por el presidente del Gobierno tiene indudables implicaciones políticas en el ámbito de la batalla digital por la libertad y la neutralidad de la red. Como explicó el eurodiputado Raül Romeva cuando la Mesa del Parlamento Europeo regaló a los eurodiputados la tableta de Apple:
Para nosotros, elegir un iPad como solución tecnológica a la movilidad parlamentaria significa continuar exactamente con la misma lógica equivocada. Es cierto que por un lado se rompe la hegemonía de Microsoft en las instituciones europeas, pero no nos engañemos, eligiendo a Apple no se sale de la lógica de los contenidos cerrados y privados. Quienes queremos que se instaure el Software Libre y una mayor accesibilidad en el Parlamento Europeo nos encontramos con una operación de maquillaje mediante un nuevo gadget tecnológico. Los Verdes nos oponemos frontalmente a dotar de un iPad a cada miembro del Parlamento Europeo, no sólo porque no lo consideramos una buena idea, sino que entendemos que es completamente contraria a la interoperabilidad y a los derechos digitales. Todo ello supone, en definitiva, continuar postergando la revolución digital que hace tiempo que reclamamos como urgente para la instituciones europeas.
Raül Romeva va por delante.
Foto | European Parliament Vía | El Mundo