Gore Vidal dejó dicho que en realidad el poder de Washington está en Hollywood. Nuestra ministra de Cultura se reunió el lunes con Bob Pisano, el máximo resposable, por ahora, de la Motion Picture Association of America (MPAA) o lo que es lo mismo: el lobby de Hollywood.
En esa reunión, Sinde, le habría pedido más títulos en el mercado para evitar las descargas ilegales ya que los españoles tienen una “voracidad”, se supone que especial, por consumir películas en la red y cuando no encuentran los productos que quieren se buscan la vida para acceder a otras fuentes no remuneradas para el acceso de películas.
No parece que el argumento haya convencido a Pisano, que ayer, según El País, se despachaba con un comunicado en el que volvía a recordar que la situación de España, a juicio de los grandes estudios de Hollywood, es flagrante. En el corazón de todos los lobbies no se andan con bromas a la hora de presionar a su propio gobierno… qué no harían con el nuestro.
Ayer, Sinde, se entrevistó, precisamente, con miembros de la Oficina del Representante de Comercio de la Administración Obama, cuyo máximo responsable estaba en Pekín. Poco ha trascendido de esa reunión, más allá de lo que ha explicado la propia ministra sobre los argumentos que puso sobre la mesa para defenderse de los informes “made in USA” que le acusan. La piratería es un problema global y los gobernantes deben proteger dos derechos en conflicto: el de los autores y el de los consumidores:
La gente quiere acceder a la cultura por Internet y entre todos tenemos que crear esas condiciones para que todos los derechos sean compatibles: el de la gente que quiere disfrutar del cine o de las series o los libros o la música a través de los ordenadores y los derechos de quienes se ganas la vida con ello.
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