La policía sigue órdenes, políticas en este caso. De la delegación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. La orden era desalojar. Por la fuerza se ha hecho esta madrugada. Una decisión que más se aproxima a la de aquellos líderes con los que la pareja compartía hasta hace bien poco afiliación política en la Internacional Socialista.
El ministro Rubalcaba autorizaba el desalojo después de las conversaciones mantenidas en el día de ayer con el Ayuntamiento y escuchadas las quejas de Esperanza Aguirre “por tenerlos en frente”. ¿Por qué no se van a La Moncloa?, se preguntaban ayer los colaboradores y tertulianos más próximos de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
A las 5 de la mañana, tal y como se acordó, decenas de agentes antidisturbios se han presentado en el campamento y les han instado a abandonarlo por orden de la Delegación del Gobierno y… el Ayuntamiento de Madrid. Ante la negativa y la llamada a negociar de los acampados, la policía ha entrado en acción aún sin encontrar resistencia alguna.
Una treintena de vehículos, tanto de la Policía Local como Nacional, impedían ya entonces el paso de jóvenes a las inmediaciones de la Puerta del Sol. En menos de quince minutos el Servicio de Limpieza Urgente del Ayuntamiento de Madrid (SELUR) ha retirado las pancartas que los manifestantes habían colocado en la cubierta del intercambiador de Cercanías y han limpiado la plaza.
Los acampados pretendían permanecer en la Puerta del Sol hasta el día de las elecciones, el 22 de mayo, para mantener vivas sus reivindicaciones sociales y políticas (NoLesVotes).
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