Corría el año 1984 y se debatía la nueva Ley de Propiedad Intelectual que traía llamativas novedades respaldadas por una aplastante mayoría absoluta del gobierno socialista de la época. La reducción de la duración del derecho post mórtem de 80 a 50 años, la contemplación de situaciones nuevas ante nuevos medios, como los programas de ordenador, de radio y de televisión, la creación de un canon que habrá que pagar por difundir obras del dominio público y el aumento de penas para los delitos contra la propiedad intelectual y su exhaustiva tipificación protagonizaban el debate, según la crónica del 16 de diciembre del año señalado que hemos encontrado en la hemeroteca de el diario El País.
Una joya que conviene repasar. Por ejemplo podemos leer que la ley planteaba "la duración del derecho de autor sobre un programa no excederá de 20 años". Aunque mención especial merece lo que sigue:
Otro punto de fricción es el artículo 42, que establece que, "con objeto de tutelar el derecho moral del autor y fomentar la creación original, el Gobierno podrá acordar el devengo de un canon por la utilización total o parcial, con fines lucrativos, de las obras en dominio público, según sus modalidades". Una obra pasa al dominio público cuando se extinguen los derechos de explotación, que, aprobada la ley, sería siempre 50 años después de la muerte del autor. "A nosotros esa norma nos parece grotesca", dice Milagros del Corral, secretaria general del Gremio de Editores de Madrid.
"Ese canon aumentaría el costo de los libros y tampoco entendemos por qué hay que pagar al Estado por editar a Cervantes y dónde iría a parar ese dinero". "A nosotros nos perjudica esa medida", puntualizaba Milagros del Corral. "Grabar un disco de música clásica tiene unos costes muy altos, que se incrementarían con este canon", añadía para redondear el gerente de AFYVE (Asociación Fonográfica y Videográfica Española).
Años después Milagros del Corral se convertiría en la directora de la Biblioteca Nacional con Sinde. Antes de marcharse a la ONU a asesorar a Kagame y Slim. Pero Milagros del Corral no ha dudado en defender el canon digital incluso después de abandonar el Ministerio de Cultura. El 22 de octubre de 2010 publicaba un brevete en ABC en el que se podía leer su filosofía al respecto:
Es curioso que se acepten las tarifas planas en las telecomunicaciones y parezca insultante que el mismo principio se aplique a los contenidos culturales negando a sus creadores una mínima y equitativa compensación a su talento y esfuerzo, en beneficio de los usuarios. El canon digital es una «tarifa plana» más, asimilable a las de telecomunicaciones o a las cuotas de seguros médicos. Comparte con ellas las ventajas e inconvenientes de la socialización ciega de cuotas y consumos. Como la democracia, se trata del peor sistema de gobierno a excepción de todos los demás.
Alguna vez comentó que dejó a Sinde por principios. La ministra, que la debe conocer, no dudó en responder: "A Milagros del Corral le faltó tiempo para irse". Con Kagame. Un “estadista” acusado del asesinato de los los misioneros españoles: Joaquim Vallmajo, Servando Mayor, Julio Rodríguez, Miguel Ángel Isla, Fernando de la Fuente e Isidro Uzcudun y los también ciudadanos españoles, Mª Flors Sirera, Manuel Madarazo y Luis Valtueña, miembros de la ONG Médicos del Mundo.
Principios, dice.