El 15-F de 2011 se ha aprobado la denominada Ley Sinde en el Congreso de los Diputados con los votos del PSOE, PP y CiU. Han votado en contra ICV-IU, ERC, BNG, UPyD, Nafarroa Bai, PNV y Coalición Canaria. Esta misma semana aparecerá publicada en el BOE la disposición que faculta a una comisión ministerial a adoptar medidas para que se interrumpa la prestación de un servicio de la sociedad de la información. No hay demócrata, ni liberal, ni ciudadano que hoy pueda sentirse representado por esta aberración.
Es grave, muy grave, que el PP y CiU hayan decidido ponerse del lado de Zapatero, Sinde y Rubalcaba, dicen algunos que debido a las presiones del gran lobby que orbita sobre la propiedad intelectual y que a fin de cuentas es el mismo que el del ladrillo y el viejo oligopolio económico bendecido y beneficiado por los legisladores desde los tiempos del NO-DO.
Pero hoy no es el momento de insistir en los que han presionado, el embajador, los del Cine, la SGAE, Olcese, los Editores… No, hoy es el día de señalar a los que se han dejado presionar, los políticos títeres que han aprobado este desmán contra la libertad y que se han transformado en un partido único contra Internet.
Sí, el poder político hoy ha dado una patada en la puerta del medio de comunicación de la gente, el único que no depende de concesiones y licencias, para instalarse vigilante con los groseros y amenazantes resortes de su autoridad. Cierto que lo han hecho con la legitimidad de la representación política que les otorgaron millones de ciudadanos. Es la dura realidad. Un 86% de los electores españoles votaron a los tres partidos que hoy han aprobado la ley Sinde. Queda contestar en las urnas.
En el Reino Unido, por ejemplo, los partidos que aprobaron una ley similar a la Sinde recibían el 65% de los votos. Marcar esa diferencia desmentirá el mito de una sociedad agachada y teledirigida.
La savia fresca de la sociedad red está llamada a regenerar la vetusta partitocracia española. Contestar el voto de hoy en las urnas es una necesidad imperiosa. No pueden tener tanto poder. No les votes.
Foto | Gustavo Bravo