"Ron Wyden es un ganador", me dice un amigo del Partido Demócrata. "Un político que te reconcilia con la política" y que de la misma manera que resistió el tsunami republicano manteniendo su acta de senador se ha enfrentado a la demagogia de los lobbies con inteligencia, determinación y coraje, algo que apreciaron los votantes jóvenes y profesionales de Oregon que se decantaron una vez más por el demócrata que hace campaña entre los senadores para rechazar la ley antipiratería.
Una ley que autoriza a cerrar los dominios de webs que ofrecen descargas no autorizadas de música o películas protegidos por copyright, o que vendan productos "falsificados". El Departamento de Justicia podrá exigir al registrador de dominios correspondiente que suspenda el nombre de dominio. Además las compañías estarán obligadas a bloquear el acceso desde EEUU a las páginas extranjeras que determine el Departamento de Justicia.
Una ley a la medida del western en el que se ha convertido la la política en EE.UU. Quizás por eso no faltan los chicos buenos de Capra dispuestos a enfrentarse al sistema y las grandes compañías. Toma nota de la flota a la que se enfrenta el bueno del senador Wyden: El Partido Republicano y alguna de sus mejores joyas en primera línea, los Biden boys de su propio partido, la Cámara de Comercio, Hollywood y la industria discográfica.
En frente estarán Wyden y su compañero Al Franken y el tejido civil que resiste. De la Electronic Frontier Foundation a la American Civil Liberties Union. Con la bandera de la gente corriente y de la libertad, Ron Wyden ha ganado batallas que parecían imposibles. Por ejemplo es uno de los artífices, quizás el principal, de que las patentes se hayan quedado fuera del capítulo de obligado cumplimiento de ACTA. Incluso uno de los responsables políticos de haber frenado en seco su imposición global.
Ron Wyden y Al Franken fueron elegidos por los ciudadanos de su circunscripción y seguirán defendiendo al pueblo americano de las mentiras del gran lobby. Es posible que no consigan convencer a sus compañeros, los demócratas tienen la mayoría en el Senado, pero ellos no obedecen al Obama ni al Biden de turno. Comparar a estos dos senadores con los del principal partido de la "izquierda" española produce melancolía y vergüenza.
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