La Comisión Europea pondrá en marcha, después del verano, un proceso de consulta pública sobre la televisión conectada a Internet. Las autoridades comunitarias quieren conocer la opinión de los dueños de las televisiones, los fabricantes de aparatos, los proveedores de acceso a Internet y cualquier actor del sector, ¿los usuarios?, antes de legislar - ¿legislar? - sobre el asunto.
La Comisión Europea quiere afrontar, aunque es de temer su escasa disponibilidad a poner en riesgo a los instalados, lo que para algunos puede significar el final de la vieja televisión. Ya veremos. Lo que es innegable son las grandes posibilidades de una evolución tecnológica que comienza a borrar la frontera entre las viejas televisiones y el medio de comunicación de la gente, internet.
Es probable que cuando se vayan los comisarios de Barroso, como se ha ido Sarkozy, haya un comisario o comisaria europea de la modernidad que entienda que el viejo aparato de televisión bloqueado y limitado normalmente a los canales de la concesión política (licencia gubernamental para los amigos del partido/gobierno) está fuera de sitio en el Siglo XXI, que debe ser el de la verdadera competencia y la expresión en libertad gracias al potencial de la red. Por eso no basta, ni se debe tolerar, la tele 2.0 pero en manos de los dueños de la vieja televisión.
Aunque se intente retrasar el fatal desenlace, que se intentará, la "caja tonta" reservada/acotada en cada país a los amigos del poder, puede/debe tener los días contados. La "caja tonta bloqueada" ha sido y es un elemento fundamental en la perpetuación de una nefasta generación política vinculada a la corrupción (elegante) y el abuso del poder (zafio).
No hay que descartar que más pronto que tarde veamos al viejo aparato bloqueado, la "caja tonta", que limita lo que puedes ver en la pantalla del salón como un dispositivo que atenta contra los principios de la libre competencia, que dicen profesar, no es verdad, los comisarios de Bruselas y los consejeros de las viejas televisiones y de los viejos periódicos de papel, que felicitan a Bruselas por perseguir a Google, a Rajoy por aprobar la Ley Sinde y a la Fiscalía por detener a unos que han subido el Vogue a la red. Con la que está cayendo.
Foto | Rante (flickr) En Nación Red | Frédéric Mitterrand advierte de una televisión conectada a internet que impulse la piratería