"La Unión Europea todavía no ha cumplimentado los procedimientos que autorizarían la firma del ACTA", así se ha manifestado un portavoz de la Comisión Europea. Tampoco firmarán México y Suiza, que siguen discutiendo (a nivel interno) sobre la eventual firma del acuerdo que Google ha calificado de imperialismo cultural.
Para los altos funcionarios de Bruselas "cumplimentar los procedimientos" significa que la están a la espera de que el Consejo (de Rompuy) adopte la decisión de autorizar a un representante de la UE a firmar el ACTA (pdf) y ojo al dato: traducir el tratado a todos los idiomas de la UE. Eso dicen.
Dos meses puede requerir cumplimentar los procedimientos, el de la aprobación del Consejo, no el esfuerzo del servicio de traducción. :-) Aunque más vale no fiarse de los tiempos que sugiere Bruselas ni de nada de lo que pasa entre bastidores en el tema ACTA. Como escribieron 75 profesores de Derecho en una carta a Obama:
ACTA es precisamente el tipo de acuerdo que se negocia entre bastidores por los grupos de interés en unas negociaciones llevadas a cabo en nombre de un pequeño grupo de productores de contenido de EE.UU. y sin la aportación significativa de la opinión pública – que tan a menudo se opuso al acuerdo públicamente.
Lo que si parece asumido en Europa es que será después de la firma, no antes, cuando el Parlamento Europeo podrá aprobar o rechazar el ACTA. Aunque el grupo de Los Verdes-EFA trabaja para que el Tribunal de Justicia de la Unión Europeo dictamine si el ACTA vulnera el acervo comunitario, lo que convertiría al acuerdo del negocio del copyright y la industria farmacéutica en papel mojado (ilegal). Pero los populares del Parlamento europeo han estado haciendo todo lo posible (y lo imposible) por frenar las iniciativas garantistas en relación con el ACTA y la transparencia.
Si bien la Merkel - presionada por Verdes (y ahora piratas) en las encuestas - ha dado en el último momento instrucciones a sus eurodiputados para que al menos soliciten al departamento jurídico del Parlamento un informe sobre la “conveniencia” de llevar el ACTA al TJUE para que los jueces del más alto tribunal europeo confirmen su “legalidad” antes de firmar. Ahí están los dos meses, pero prefieren contar lo de las traducciones. Algunos incluso se lo tragan. Por cierto que Alemania también se desmarcaba y defendía que cada país de la UE decida sus procedimientos internos para firmar (o no) el ACTA después de hacerlo la UE.
Así que el sábado en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores del Japón se llevará a cabo la ceremonia de la firma del Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA) con la presencia de los representantes de todos los participantes en las negociaciones del ACTA, pero no todos firmarán el acuerdo. Por ahora.
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