El estadounidense medio no se da cuenta de la cantidad de leyes que están escritas por los grupos de presión para proteger los intereses establecidos
Eric Schmidt, CEO de Google
Eric Schmidt, máximo ejecutivo de Google está en campaña. Agita el discurso anti-sistema y reivindica el potencial de Internet, semanas despúes de hacer una propuesta muy negativa para la Neutralidad de la Red que en la sede del gigante excusan como "inevitable" antes de lanzar un desafío absoluto al Sistema: Google TV.
Google envía un mensaje subliminal a sus seguidores tradicionales. Seguimos estando con vosotros. Era un paso atrás para cojer impulso. Pero sabemos como funciona esto:
Es sorprendente como funciona realmente el sistema
En entrevistas y conferencias diarias, de costa a costa, Eric Schmidt insiste en el discurso de la tecnología como instrumento que cuestiona el blindaje de la política y pone en mayor evidencia el aislamiento interesado de la clase política.
La tecnología puede cambiar por completo el funcionamiento del gobierno. Los teléfonos móviles y la tecnología personal, por ejemplo, pueden utilizarse para registrar las facturas que los miembros del Congreso y luego determinar en qué se gastaron los fondos de los lobbies. Naturalmente en Washington temen esto
Eric Schmidt afirma que la Casa Blanca no entiende de negocios. Reconoce que la comunidad empresarial estadounidense desconfía de la administración, pero dijo que las críticas son en su mayoría sobre la forma no el fondo. También resta importancia a la idea de que la Casa Blanca necesita más hombres de negocios. Es puro "simbolismo".
Google, una vez más, se muestra crítico con la política de inmigración y alza su voz para denunciar las contradicciones de esta política:
Las universidades de Estados Unidos son la envidia en el mundo. Tenemos el 90 por ciento de los investigadores más importantes del planeta. Pero ejercemos una extraña política al preparar a la gente y luego echarlos al no darles visas. Esto no tiene sentido
Tampoco se explica el CEO de Google cómo se permite a los humanos conducir un coche. Genio y figura.
Vía | The Atlantic
