El eurodiputado Kader Arif ha presentado su dimisión como “relator” del ACTA en el Parlamento Europeo y lo ha hecho denunciando de “la manera más fuerte posible” todo el proceso que ha conducido a la firma del acuerdo que hoy han firmado en Japón la mayoría de gobiernos europeos, entre ellos España. Un proceso que ha calificado de “farsa”.
El eurodiputado denuncia la no inclusión de organizaciones de la sociedad civil, la falta de transparencia desde el inicio de las negociaciones, las imprevistas modificaciones de la agenda, la exclusión de las demandas del Parlamento de la UE que se expresaron en varias ocasiones en la Cámara que debería representar al pueblo europeo.
Como relator, denuncia el eurodiputado, nunca antes había visto unas maniobras semejantes. Tanto para imponer un calendario como para evitar que la opinión pública conociese los peligros del tratado. Sí, el secretismo. Sí, las mentiras. Sí, las humillaciones. Sí, una niña y el Informe Gallo que abría la puerta al ACTA. Capaces de todo. El lobby internacional de las SGAE y sus servidores políticos...
Denuncia el dimisionario que se ha privado al Parlamento de las herramientas que las leyes ponen a su disposición para transmitir las demandas legítimas de los ciudadanos. Kader Arif como su compañera de partido Françoise Castex no han querido aceptar la la gran traición a los principios de la transparencia que los grupos de interés de las SGAE, Hollywood y Vivendi han impusto a unos dóciles políticos que parecen halcones pero que tienen en peligro su mayoría absoluta a favor del lobby.
Foto | partisocialiste
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