"Cuando lanzamos Your Freedom, prometí que las ideas enviadas serían consideradas de forma adecuada", explicó el viceprimer ministro, el liberal Nick Clegg, muy crítico con muchos aspectos de la legislación aprobada por laboristas y conservadores durante el periodo denominado wash-up, el tiempo que queda antes del final de la legislatura y que se suele aprovechar para aprobar apresuradamente normativas, con la idea de ayudar a la industria.
Ahora, aunque a regañadientes, el regulador británico de las telecomunicaciones (Ofcom) va a revisar la controvertida Ley de Economía Digital (Digital Economy Act), que fue aprobada por el anterior Gobierno para combatir las infracciones de copyright. El Secretario de Cultura, equivalente a Ministro en España, el conservador, Jeremy Hunt, ha pedido, todavía más a regañadientes, a Ofcom que se plantee alternativas. Nick pone cara de niño travieso. Lo es.
Esta "sugerencia" gubernamental para revisar la ley antidescargas tuvo lugar después de que recibiera un gran número de críticas sobre su viabilidad a través de la plataforma Your Freedom promovida por el Vicepremier. Esta iniciativa se lanzó para que los británicos indicasen qué leyes querrían que fueran abolidas y se colapsó la web. Open Rights Group, una organización opuesta a la Ley de Economía Digital, celebró en su blog esta medida, que considera muy buenas noticias.
Según Open Rights Group, la actual ley es un verdadero error, ya que sería "extremadamente cara y difícil de ponerla en práctica", pero lo más grave es que "que pone en peligro las expresiones y el acceso al conocimiento y la cultura legítimos".
A diferencia de España el debate está vivo dentro del propio gobierno donde hay visiones diferentes e incluso en el interior de los tres grandes partidos no se siguen los dictados de las cúpulas. Además el operador Talk Talk y un político sin miedo a enfrentarse a los lobbies consiguieron que se revisase la ley tras pedirlo meses antes, por considerar, entre otros motivos, que podría "dañar los derechos básicos y la libertad de los ciudadanos". Esta iniciativa también ha tenido éxito y se une al cumplimento de la promesa que hizo el vicepremier Nick Clegg.
España es diferente. Los políticos del lobby son abrumadoramente mayoritarios, no se tolera la pluralidad en los partidos dominantes.
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