"Tienes más peligro que un lobbista en el pasillo del Parlamento Europeo", dice un castizo que trabaja por allí. Aunque al parecer algunos eurodiputados se muestran encantados y se felicitan al ver a uno de ellos (o ellas).
Dice la Castex que a los eurodiputados les presionan pero también les invitan a conciertos y aceptan. ¿Quién? Los del lobby. También los engañan como a niños y muertos, lo que dice mucho de su poder.
Esto nada tiene que ver - vamos a pensar bien - con la decisión de retrasar hasta junio la votación sobre la propuesta de Los Verdes que propone al Parlamento Europeo solicitar un dictamen al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la legalidad del ACTA.
En principio el reglamento de procedimiento del Parlamento europeo reconoce el derecho de un grupo político o de una décima parte de los diputados para proponer al Pleno que se solicite un dictamen a la Corte europea.
Para hacerlo se requiere que el Parlamento Europeo todavía no haya aprobado lo que se pretende "recurrir" al TJUE. Por lo tanto, si la propuesta para llevar ACTA al TJUE es aprobada queda pospuesta la votación sobre la firma del Acuerdo hasta que el Tribunal haya emitido su dictamen. Aquí los problemas.
Aquí la llamada conferencia de Presidentes, que se reúne aproximadamente cada dos meses para decidir sobre la agenda de votaciones y el orden del día del plenario, compuesta por el Presidente del Parlamento y los presidentes de los grupos políticos.
Pues bien, los presidentes han decidido esperar y antes de votar sobre la petición (o no) del dictamen sobre el ACTA al TJUE quieren que el acuerdo llegue al Parlamento después de que el Consejo Europeo (los presidentes, pero de los gobiernos) hayan adoptado una decisión y la Comisión Europea (lo de Barroso) haya autorizado la firma del acuerdo.
De esta manera la votación que quieren Los Verdes se enfrentaría a la siempre difícil tarea de conseguir que una mayoría de eurodiputados, a la hora de la verdad, pongan en cuestión al "gobierno europeo" y a sus presidentes nacionales (y de partido) que previamente habrán considerado perfectamente compatible con la legislación y el derecho comunitario el ACTA que espera en una caja fuerte del Ministerio de Exteriores de Japón para su firma.
El propio TJUE, el tribunal que declaró "ilegal" el canon, ha enviado un aviso (otro dictamen) que algunos "mal pensados" sugieren que apunta directamente a las marrullerías políticas que contaminan todo lo que tiene que ver con la firma del ACTA y el lobby político del copyright que no descansa.
El TJUE ha querido dejar claro que es acorde con su funcionamiento y competencias (incluso recomendable) que se presente a la Corte una solicitud para emitir un dictamen que en este caso tendría como objetivo prevenir las complicaciones que se derivarían de las disputas legales sobre la compatibilidad con los tratados internacionales que obligan a la Unión Europea. Puro sentido común que asusta a los políticos tramposos del lobby.
Además desde el TJUE señalan que no es una condición previa para presentar una solicitud de dictamen que las instituciones en cuestión (Consejo y Comisión) hayan llegado a un acuerdo final. Esta solicitud, mantiene el tribunal supremo de la UE, puede hacerse (debería hacerse) antes incluso del inicio de las negociaciones internacionales (ojo al parche... de algún corsario al que le va a crecer la nariz).
Por lo tanto la solicitud de un dictamen es compatible con las diferencias de opinión sobre la redacción del texto que se negocia cuando el objeto del acuerdo previsto se conoce (como en este caso).
Lo que contradice la decisión adoptada por el presidente del Parlamento Europeo y la mayoría de los presidentes de los grupos (ojo con los dos euroescépticos) que ha decidido que sea "al término de las negociaciones, pero antes de la firma del convenio, cuando el proyecto de acuerdo sea presentado al Parlamento para su dictamen o consentimiento". Aquí, por cierto se apunta a la definitiva votación sobre el ACTA "un minuto después" de rechazarse la solicitud del dictamen. Momento para la historia en la que los mismos que no quieren que el tribunal se pronuncie sobre la legalidad del ACTA (Viva la democracia y el Estado de Derecho) decidirán aprobarlo y quedarse tan panchos casi sin que nos enteremos del daño que le están haciendo con su opacidad y juego sucio a la Europa que dicen defender y están a punto de enterrar.
Ya puestos no hay mejor ACTA de defunción. Aunque un verde alemán asegura que el entierro será de los enemigos de Europa y los amigos del ACTA. Es la fuerza del voto. Veremos.
Foto | European Parlamient