Teddy Bautista ya le colgó la medalla de oro de la SGAE a Rajoy por ser un ministro de Cultura fantástico. Ahora Teddy ya no está para colgar medallas, aunque mueve sus peones para salir bien parado del proceso judicial, ni para celebrar con los suyos, al menos en público, la gran fiesta de la semana pasada por la entrada en vigor de la Ley Sinde. Hoy "es un día de celebración", decía el Día D, el ministro peor valorado, que siempre es el (o la) de Cultura.
Más desapercibidas que las palabras del "poco valorado", incluso en el PP, ministro de Educación, Cultura y Deportes, pasaron las palabras contenidas en el comunicado del gran lobby de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, que aglutina a, ojo que vienen curvas: la Asociación de Distribuidores Cinematográficos de Ámbito Nacional (ADICAN), La Asociación de Distribuidores Videográficos de Ámbito Nacional (ADIVAN), la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (FAP), Productores de Música de España (PROMUSICAE), Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Asociación Española de Editores y Distribuidores de Software de Entretenimiento (ADESE), y la Sociedad de Artistas Intérpretes Ejecutantes de España (AIE).
Decían los del lobby "que el sector de la creación cultural y de las industrias de contenidos y la propiedad intelectual, considera de gran importancia la entrada en vigor (de la Ley Sinde) y felicita a la Secretaría de Estado de Cultura por el esfuerzo realizado para poner en marcha la aplicación efectiva de la norma". Un reconocimiento a la aportación de José María Lassalle, eclipsado por el desenfrenado afán de protagonismo de Wert, a la causa contra la libertad y a favor del viejo lobby de la embajada del copyright, que es justo reconocer.
Imagen | Asociación de Internautas