Finalmente, el G8 redactó su documento final con sus acuerdos y recomendaciones. El título: "un compromiso renovado por la libertad y la democracia".
Las secciones dedicadas a Internet, tanto de forma explícita (apartado 2) como de forma indirecta (apartado 3 en la sección de Innovación y Economía del conocimiento), son las más extensas junto con la dedicada a la seguridad.
En dichas secciones queda bien patente la intención del G8: control, control y control. Sarko se ha impuesto a Cameron, y de que manera.
Bajo el paraguas de siempre, lo de siempre.
Internet es esencial para la sociedad y la economía. Para los ciudadanos es una fuente única de información y educación, muy útil para promover la libertad, la democracia y los derechos humanos. La naturaleza abierta de Internet, junto con su transparencia y libertad inherentes ha sido clave para su exito. Éstos principios, junto con la libre competencia y la no-discriminación, deben continuar.
Y cuando los líderes de los ocho países más ricos y el enviado de Putin empiezan a hablar de democracia y libertades en internet, la tradición es que tanto la libertad como la democracia en el ciberespacio decrecen.
En el punto 12 se explica uno de los puntos básicos del futuro de la red: "Internet y su desarrollo futuro, promovidos con inversiones e iniciativas del sector privado, requieren un entorno favorable, transparente, estable y predecible. Para ello, se necesitan políticas nacionales y cooperación internacional."
Guiño hacia las demandas de las grandes operadoras que reclaman poder cobrar dos o más veces por el servicio, así como preparación del camino para más nuevas normativas y acuerdos internacionales.
Punto 15: el G8 'renueva' su compromiso de protección de la propiedad intelectual, hablando otra vez de conceptos que pertenecen al ámbito de la propiedad industrial. Se reconoce que se necesita una "aplicación efectiva" de las normas de protección, y que eso requiere, otra vez, "cooperación internacional".
Punto 17: Se debe proteger la infraestructura de la red contra cualquier uso 'indebido', incluyendo malware, botnets y demás. Y como el problema es de todos los interesados, se necesitará coordinación entre gobiernos, organizaciones regionales e internacionales, el sector privado y la sociedad civil. Todo por la lucha contra el terrorismo internacional.
Punto 20: Aún cuando el G8 'apoya' el modelo de gobierno descentralizado de Internet, hace un llamado a los interesados a contribuir a una mayor cooperación entre todos los foros internacionales. También avisan que se necesitará flexibilidad y transparencia para adaptarse a los avances tecnológicos.
En los puntos 21 y 22 se comenta el gran éxito del e-G8, en tanto a su "compromiso hacia los esfuerzos múltiples para la evolución de la economía de Internet hasta el momento". También se felicitan del formato super innovador del encuentro, que permitió la participación de "los interesados" para discutir los "objetivos fundamentales" para ciudadanos, empresas y gobiernos.
La guinda la pone el recordatorio a la gran contribución que ha sido el "debate libre" de esos 'objetivos fundamentales para ciudadanos'. Julio Alonso fue uno de los "invitados" al sarao. Aún cuando considera el hecho de una cumbre sobre Internet antes de la cumbre del G8 es positivo, la actitud del organizador, el Presidente Sarkozy, dejaba bastante clara su intención de solicitar más control y regulación, pero con el beneplácito, sanción y bendición de la industria del sector.
En realidad se hacía una definición extensiva de la industria de internet que incluía con un papel muy destacado a las operadoras de telecomunicaciones, a las grandes compañías de medios, a las discográficas. También estaban presentes muchos de los grandes de internet (Google, Facebook, eBay...) y había cierta representación de startups, vcs y otros actores. En cualquier caso entre el público, y mucho más en los paneles, especialmente aquellos sobre temas más relevantes, predominaban fuertemente los trajes y corbatas de grandes compañías y del gobierno francés. Se analizaba internet, con alguna excepción casi exclusivamente desde el punto de vista de negocio, y ni siquiera del negocio de internet, sino muchas veces del negocio ajeno a internet de compañías tradicionales.
Queda manifiesta la falta de los usuarios finales, que son los que al fin y al cabo conforman la enorme mayoría de la red, pero que quedaron al margen. Aún así, se invitaron a varios ponentes con mucho peso en ese segmento.
Uno de ellos fue John Perry Barlow, cuya intervención incluyó un recordatorio a "organizaciones cuyo momento en la historia ya ha pasado aún a costa del futuro de internet. Jeff Jarvis y Eric Schmidt pusieron énfasis en que antes de regular, es necesario entender las consecuencias de lo que conllevará la nueva legislación.
Lawrence Lessig, promotor del sistema de licencias Creative Commons, dejó muy claro que, aún cuando se intentaba decidir la Internet del futuro, no se había contado con el futuro de Internet: "El futuro de internet no sabe siquiera como ser invitado para estar aquí".
Queda claro lo que nos viene. Primero un nuevo e innovador modelo de lobby a la vista, que te garantiza entrevistas y reuniones con los máximos responsables de organizar la legislación mundial. Paga hoy, que mañana redactamos un "compromiso".
En las próximas citas dedicadas a 'reforzar la cooperación internacional sobre estos temas', se incluye el Foro de Gobierno de Internet, en Nairobi por Septiembre, o la reunión de 'alto nivel' de la OCDE, con el título "La Economía de Internet: Generando Innovación y Crecimiento", el próximo mes de Junio en... París. Pero también en Noviembre, con la Conferencia sobre Copyright en Avignon.
Cabe esperar que sean todas un show mediático, como lo fue en mayor o menor medida el eG8, tal y como lo vieron desde La Quadrature du Net. La Sociedad Civil sigue quedando fuera.
Sarkozy está dispuesto a exprimir al máximo su turno de presidencia del G8, situando a Francia en el liderato de la 'innovación' en Internet. HADOPI le falló. Y ahora parece que va a por todas.
Curiosa paradoja que, mientras todos se llenan la boca de 'libertad', 'derechos', 'democracia' y demás, promoviendo la democracia y la libertad de expresión mediante leyes-mordaza, dejando algunos experimentos pasados a la altura del betún.
Foto | Oxfam France