Según publica The New York Times el ciberataque sufrido a finales del año pasado por Google alcanzó su sistema para controlar las contraseñas. El programa Gaia fue atacado durante dos días. En principio, los intrusos no robaron claves personales de los internautas y Google procedió a un cambio urgente en el sistema de seguridad. Google sigue empleando Gaia, ahora conocido como Single Sign-On.
Los ciberatacantes alcanzaron este objetivo a través del Messenger de un empleado. Al acceder a una página que albergaba un virus, éste se instaló en su ordenador y luego a un grupo de computadoras de la central de la compañía. Google procedió a aumentar el nivel de seguridad de su servicio de correo Gmail al hacer público que había sufrido un ciberataque desde China. Google anunció que no proseguiría con la actividad de su buscador en aquel país a menos que pudiera trabajar con seguridad y sin censura.
Parece que los intrusos no robaron claves de usuarios de Gmail, y Google rápidamente comenzó a mejorar la seguridad, pero el robo deja abierta la posibilidad, quizá remota, de que los intrusos hayan encontrado debilidades que Google desconoce, precisa The New York Times, citando expertos informáticos independientes.
Google denunció el ciberataque el 12 de enero cuando informó de que había detectado en su web "un ataque dirigido muy sofisticado contra nuestra infraestructura corporativa originado en China que resultó en el robo de propiedad intelectual de Google". La compañía con sede en Mountain View, California, dijo que los ataques parecían tener como objetivo activistas de derechos humanos, y que parecía que sólo habían accedido a dos cuentas de Gmail.
"No vamos a hacer comentarios más allá de nuestro post original en el blog de Google", dijo su portavoz Jay Nancarrow, el lunes por la noche. Cuando se reveló el ataque, Google dijo que dejaría de censurar los resultados de búsquedas en Google.cn. En marzo, cerró su servicio de búsqueda con sede en China y comenzó a redireccionar a los usuarios a un portal sin censurar en Hong Kong. Esa decisión se produjo entre unas crecientes tensiones entre China y Washington.
Vía | The New York Times Foto | dannysullivan