La oposición en el parlamento holandés intentó lo “imposible” días antes de la firma europea del ACTA. Exigir la divulgación de todos los documentos relacionados con las negociaciones del polémico acuerdo que quiere globalizar la legislación que promueve el poderoso lobby del copyright.
Se trataba de dar un paso más allá de lo conseguido en noviembre cuando el gobierno cedía a las presiones de la oposición y la sociedad civil digital holandesa. Fue entonces cuando envió los documentos a la comisión de Asuntos Económicos del parlamento holandés pero adjuntando una cláusula de no difusión de lo entregado. Como exige Washington.
Por eso la nueva propuesta de transparencia total encontró la oposición del ministro de Asuntos Económicos, Agricultura e Innovación, el democristiano Maxime Verhagen, que representó en las negociaciones sobre el ACTA al gobierno holandés. El señor Verhagen argumentó que eso no es posible ya que existe un acuerdo de confidencialidad (impuesto por EE.UU.) y se podría dañar la reputación del país como negociador. Esa confidencialidad es fundamental para garantizar que los representantes de los gobiernos se pueden expresar con libertad en este tipo de negociaciones, explicó.
El partido D66 (liberal de centro-izquierda), que ha promovido la moción por la transparencia, exigía que se hiciesen públicos todos los documentos y que Holanda no participase en las negociaciones ni en el acuerdo de la firma del tratado, que se ha producido este fin de semana, hasta que se divulgasen los documentos. Para los promotores de la moción la firma del ACTA obliga a los países a cambiar su propia legislación interna, afectando en el caso holandés a su avanzada política en materia de neutralidad de la red.
El gobierno conservador se negaba. La oposición, incluyendo a los liberales de centro-izquierda, los socialistas y los verdes, votaron a favor. ¿Qué pasó?. Que la extrema-derecha (o partido populista) del polémico Geert Wilders, con 24 de los 150 escaños del Parlamento, votó en contra de la propuesta y la moción de la transparencia fue rechazada.
La dictadura del copyright nunca había tenido un aliado más oportuno. El “veto” holandés habría evitado la firma del ACTA. El cerco se va estrechando pero algunos políticos darán muy pronto la “última batalla” contra el ACTA en el Parlamento Europeo. Sin la sociedad civil la batalla la saben perdida. Es la hora de actuar.
Foto | ANS-online (flickr)
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