El esperpento de la #reformaconstitucional señala el fracaso de una política agotada y una partitocracia de espalda a los ciudadanos
Juan Varela ha escrito en Twitter la cita que encabeza este post y que resume bien lo que piensan muchos ciudadanos digitales que hoy están algo más indignados que "ayer". Y es que termina el verano y el dinosaurio del bipartisismo que aprobó la Ley Sinde - y lo que le ha seguido - parece encantado mientras digiere el bocado que le ha dado al consenso constitucional y extiende las garras para mostrar los símbolos de su autoridad, no precisamente moral, contra los ciudadanos que se enfrentan a él y los súbditos que le obedecen sin rechistar.
Hay indignación y un asombro acentuado por lo rápido que han ejecutado todo, por lo que han sido capaces de hacer. Pablo Sebastián, veterano periodista de la transición, escribe en su república digital "no deja de ser asombroso y hasta escandaloso que el único acuerdo que el PSOE y el PP han hallado en los últimos cuatro años contra la crisis económica y social que nos invade sea una reforma de la Constitución en la que ambos partidos se confabulan e impiden al total de los ciudadanos españoles participar en tan importante iniciativa - de serias consecuencias políticas, económicas y sociales - a través del oportuno referéndum nacional".
Y que todo esto se haya hecho en vísperas de unas elecciones generales, con trámites de urgencia y de espaldas a la ciudadanía y a las minorías representadas en el Parlamento de la nación y con el argumento de la imposición externa, por parte de los mercados y de la UE, de la citada reforma y la amenaza plausible del riesgo de un eventual ataque de los mercados a la deuda española. Lo que está por ver, como por ver estará también si esta reforma constitucional sirve para frenar esos presuntos peligros inminentes
En La Vanguardia, Jordi Baeta, ha titulado su crónica con un contundente "PSOE y PP privatizan la Constitución". El País "oficializa" la quiebra del histórico consenso de 1978 y Peridis pone cara de indignados o de "pocos amigos" a los españoles.
En Cuarto Poder se hacen referencias a la "Gran Coalición" y a un profesor de Derecho Constitucional que al regresar de las vacaciones y "conectar el ordenador para conocer los acontecimientos que habían sucedido en su ausencia, descubrió con estupor que los dos grandes partidos habían decidido, sin ningún anuncio previo, cambiar un artículo de la Constitución, sin duda para plegarse a las exigencias de la Unión Europea. Cuando el profesor era niño, el régimen de Franco aprovechaba el descanso veraniego para subir el precio del pan, el café, el metro. Ahora, en apenas unos días, Zapatero y Rajoy se habían puesto de acuerdo para emprender una reforma del texto constitucional, que no había sido planteada ni debatida en los agitados años de la última legislatura".
El profesor se calzó las deportivas y salió a la calle.
Carlos Fonseca en El Confidencial escribe "Treinta y tres años de sacrosanta e intocable Carta Magna y van el PSOE y el PP y le hacen un roto en cuatro días, con la oposición del resto de la Cámara (salvo UPN) y sin consultar a los ciudadanos en referéndum. La excusa de que es un tema muy complejo es un insulto a los ciudadanos. Como son ustedes tontos, ya decidimos nosotros. Un ejemplo de democracia bipartidista".
Los descontentos, los ciudadanos que exigen una política más participativa, el Movimiento 15M, no se sienten identificados con estos políticos y corean “que no nos representan, que no”; ni con esta forma de hacer política que limita la participación ciudadana a votar cada cuatro años y gritan “lo llaman democracia y no lo es”. Tienen razón.
La mansedumbre es mal de muchos pero una inmensa minoría se ha calzado las deportivas y pisa fuerte. Digna y decidida. El dinosaurio está al alcance.
En Nación Red | Golpe constitucional #conRdereforma o #conRderuptura