La receta electrónica o el nuevo sistema de copago farmacéutico han puesto en evidencia una realidad (nada virtual) que no se parece en nada a los discursos de la e-administración o la e-salud con la que algunos (y algunas) se adornan.
En la provincia de Zamora, por ejemplo, a falta de sincronización de los ordenadores portátiles con los que se ha dotado a los consultorios rurales sin acceso a internet, buena parte de los existentes en Zamora excepción hecha de las cabeceras de los centros de salud, impidió a los médicos de Atención Primaria de muchas localidades del mundo rural extender recetas de medicamentos a sus pacientes.
La Junta de Castilla y León reconoció problemas en 225 consultorios locales de la región que no pudieron prescribir medicamentos, aunque no especificó cuantos eran de Zamora. El presidente del Colegio de Farmacéuticos, José Espinosa, coincidió en señalar que el mayor problema ha sido la falta de ordenadores que en la práctica funcionaran en los consultorios locales, lo que ha impedido formalizar las recetas informáticas, en las que se basa el sistema.
En Aragón el escaso ancho de banda en algunas localidades aragonesas también está dando lugar a largas esperas en diferentes centros de salud y consultorios en pleno proceso de implantación de la receta electrónica.
Una situación que, según la portavoz de Chunta Aragonesista (CHA) en las Cortes de Aragón, Nieves Ibeas, se agrava en los consultorios que dependen directamente de los consistorios: "En estos casos el problema se agrava porque los ayuntamientos, en muchos casos, no tienen la capacidad financiera para hacer frente esta actualización tecnológica". Para Ibeas, la responsabilidad recae sobre el Departamento de Salud del Gobierno de Aragón.
Ya el año pasado, a iniciativa de CHA y por unanimidad, las Cortes (aragonesas) instaron al Gobierno de Aragón a dotar a todos los consultorios médicos locales de las zonas rurales de equipamiento informático suficiente, y a resolver las dificultades de conexión de banda ancha.
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