Jérémie Zimmermann, Jacob Appelbaum y Andy Müller-Maguhn. Un trío de ases de la resistencia digital ha pasado por el programa de Julian Assange para mantener una charla sobre el control de la red.
"Ya no existe privacidad y nuestras comunicaciones pueden ser espiadas, y son espiadas y son guardadas, y como resultado pueden utilizarse contra nosotros", advierte Assange desde el minuto uno del programa. Pero frente a "una sociedad bajo vigilancia totalitaria" los resistentes recuerdan que Internet también es un arma de liberación y un antídoto contra los cuentos de los políticos.
Jérémie Zimmermann: La información aparece y desaparece en un marco de veinticuatro horas y se sustituye por otra. Con Internet, tengo la sensación de que estamos creando lo que yo llamo “el tiempo cibernético”. Dado que el maravilloso Internet no olvida nada, día tras día, a lo largo de los años, podemos crear dossiers, y es lo que estuvimos haciendo con el ACTA durante los últimos tres años. Trazamos nuestra propia línea política con el tiempo cibernético, el análisis preciso, el duro trabajo... y conectando a las personas entre sí para que participen en esto.
Julian Assange: Nosotros ganamos la narrativa, pero detrás de las cortinas se crearon tratados bilaterales que persiguen el mismo objetivo por todos los medios. Esto es destructivo…
Jacob Appelbaum: Creo que hay que recalcar que las personas que luchan contra el ACTA en realidad están utilizando la tecnología, que les permite oponerse. Pero lo importante de esto es la comunidad de personas corrientes, y no el parloteo sobre la tecnología. Lo que importa es que la gente se involucre en esa narrativa y la cambie mientras tiene la posibilidad de hacerlo, y el factor humano es el más importante. Al igual que es importante el hecho de que WikiLeaks publicara documentos que permiten hacerlo y de que se trate de compartir información. Pero es la gente la que toma esa información importante y la mueve, porque siempre queda el argumento de que estamos viviendo en un régimen democrático, de que somos libres, de que estamos gobernados por nuestro consentimiento. Y cuando todo el mundo entienda qué es lo que está pasando y descubra que no es algo que nosotros consentimos, entonces será muy difícil seguir con eso y aprobar esas supuestas leyes y hacerlo todo sin el consentimiento de la gente gobernada.