Interesante, la detallada respuesta que le ha brindado Hernán Casciari a Lucía Etxebarría después de que la escritora declarara que no iba a publicar más libros porque, para que le paguen cuatro duros y encima la gente se los descargue gratis, ella no va a pasarse "tres años trabajando como una negra" (sic). El responsable de la revista Orsai le explica que en su publicación ocurre algo similar: las descargas van que vuelan, pero gracias a los suscriptores pueden vivir, y lo sintetiza todo en la dualidad del "viejo mundo" que supone la tradicional industria cultural y el "nuevo mundo" que se beneficia de internet para poder desarrollar sus actividades comunicativas.
Es un buen planteamiento, que además viene ejemplificado gracias a una anécdota vivida por Casciari que resulta muy esclarecedora. Pero de toda la exposición que hace el autor, que es brillante en su conjunto, destaco estas palabras:
No hay que luchar contra el mundo viejo, ni siquiera hay que debatir con él. Hay que dejarlo morir en paz, sin molestarlo. No tenemos que ver al mundo viejo como aquel padre castrador que fue en sus buenos tiempos, sino como un abuelito con alzheimer.
El problema, claro está, es que el "mundo viejo" sí está luchando contra el "mundo nuevo", y que por mala suerte o por desgracia hay leyes que parece que se estén escribiendo de su puño y letra para perpetuarlo. Lo de Etxebarría puede verse como una pataleta o simplemente como un grito de una trabajadora explotada que está pidiendo ayuda. No es santo de mi devoción la escritora, pero le concedo el beneficio de la duda. Estoy dispuesto a ello si a cambio cae del caballo, ve la luz y se une al "mundo nuevo", como lo llama Casciari. Internet no es el problema. El problema es el "mundo viejo" y las abusivas técnicas que emplea.
Vía | Orsai En Nación Red | Lucía Etxebarría se queja de sus editores, las copias ilegales, Hacienda, Movistar, el abogado, el fontanero...
