Las élites tradicionales italianas, a ambos lados del espectro político, se sienten muy incómodas con la capacidad de Internet de puentear a los medios tradicionales que ellos controlan. David Thorne. Embajador de los EE.UU en Roma 247055 / CONFIDENTIAL
Un ex diplomático español mantiene que ni en la Moncloa, ni en Ferraz, ni en el Palacio de Santa Cruz, ni mucho menos en el CNI que recomienda "esta navidad" el libro de un golpista, hay un equipo capaz de explicar ni comprender el árbol de la vida del Partido Demócrata de los EE.UU.
Fundamento básico para no hacer el canelo cuando tratas con Washington y que los chicos que hicieron la campaña con Obama contra Hillary Clinton no puedan evitar entre canasta y canasta mofarse de los españoles que se bajan los pantalones ante Aguirre o Solomont.
Como allí la historia forma parte de su trabajo, todavía recuerdan con emoción las desventuras que los de "siempre" le hicieron pasar a un gran presidente español que se enfrentó al embajador de EE.UU, al Rey de Marruecos y al presidente francés que prefería hablar con el Rey.
Nadie olvidará el valor del político español que se mantuvo digno en el cumplimiento de sus obligaciones cuando el Todos al Suelo. Palomas y baloncesto. 25 años después un presidente español se mantuvo sentado pero al paso de la bandera de los EE.UU. Algo que los políticos americanos de todos los colores no olvidan, aunque pongan buena cara, cuando lo reciban. Javier Caldera no ha tenido el valor de explicárselo.
Que el fiel "presidente de Marruecos" y enemigo declarado de las aspiraciones del Sahara no se levantase al paso de la bandera de los EE.UU es efectivamente un gesto que no se olvida, sobre todo entre los políticos decentes que combaten a los halcones de Bush y Hillary Clinton.
Un gesto zafio, barriobajero, humillante, hipócrita, populista, falso, oportunista y tercermundista que no olvidará reseñar el historiador. Menos se olvidará la bajada de pantalones de José Bono, ex ministro de Defensa y actual predidente del Congreso español. Los americanos, los unos y los otros, no habían visto en Europa cosa igual. Bono en la embajada. El cable que vuelve a humillar a España. Lo habrás visto ya...
No se trata de saber que David Thorne, embajador de Obama en Roma, es el hermano gemelo de Julia y el mejor amigo del otro JFK. Se trata de entender Washington. Pero si la adorable y sufriente Julia se casó con el candidato democráta a la presidencia de los EE.UU es porque era de la pandilla, el mejor el amigo de su querido hermano, hoy embajador en Roma después de pasar por San Marino.
El presidente necesitaba alguien ajeno al conglomerado al que informa Bernardino. "Con los americanos si desconoces a quien representa el embajador estás perdido". El consejo del hoy ministro de altos vuelos, que no son los de la CIA.
La Vergüenza Nacional que los españoles ya han captado a pesar del Telediario y la oposición política de vacaciones anticipadas o temerosa de salir igual o peor parada con los vuelos de la CIA.
David Thorne, el embajador que vigila a Berlusconi
Thorne&Kerry otra historia americana de dramas y convicciones que avanza en paralelo a Camelot y Bob. La nobleza fuerte, curada de espanto (muertes, magnicidios, servicios secretos, divorcios, depresiones, grandes lecciones, amantes y esfuerzos ejemplares). Una historia americana.
El viejo partido. "El presidente Kennedy inspiró y unió al país, y John Kerry hará lo mismo". No lo pudo hacer, aunque sus amigos, en privado, tienen claro que ganó. Golpe en Florida. Esta pincelada histórica sobre JFK (Kerry y Kennedy) viene a cuento del cable filtrado por WikiLeaks que hoy destaca El País sobre las informaciones que el propio David Thorne, ahora embajador en Roma, suministra a Washington criticando con contundencia la acción política de Berlusconi contra Internet.
Vox populi romana. Como es coram Deo en el triángulo del poder que David Thorne no es Aguirre ni Solomont. Es paloma de la K. Por eso Obama lo ha puesto en Roma para vigilar a il Cavaliere y sus viejos amici de la embajada. Necesitaba alguien en el que confiar. Llamó a Kerry. La leyenda de una pareja de película y noblezas. "Quieren acabar con la libertad en la red". Se llaman y se lo cuentan.
Kerry y el hoy embajador en Roma, uña y carne desde la universidad. Se graduaron juntos. Combatieron juntos en el río Mekong. Con el mismo valor que se les puede ver corriendo el encierro de San Fermín en alguna fotografía escondida en la tasca del amigo. Con el mismo valor que a la vuelta de Vietnam arrojaron sus medallas a los políticos. "¿Cómo le piden a un hombre ser el último en morir en Vietnam?", le dijo JF Kerry a la comisión de Relaciones Exteriores del Senado en 1971.
Quería recordar al mejor amigo del presidente que no pudo ser. Al hermano de Julia. Todavía hay clases. Palomas vigilantes sobrevuelan Washington, Roma y el Sahara. También la red de todos. Hay topos y topos. Cables y cables. En los matices está la verdad.