Pasar de ser una inmigrante que trabajaba en un restaurante chino a intentar comprar una mansión en Hampstead (Reino Unido) valorada en 23 millones de libras esterlinas... podría ser la sinopsis de una historia de superación, una película inspiradora sobre alguna emprendedora hecha a sí misma y todo eso.
Pero, en realidad, fue el comienzo de una investigación de las autoridades británicas que ha dejado al descubierto una trama de lavado de dinero (una de las mayores de los últimos tiempos) procedente de una astronómica estafa.
La investigación giró en torno a Jian Wen, una extrabajadora de restaurante de 42 años que resultó ser testaferro de Zhimin Qian, la responsable de una macroestafa perpetrada en China entre 2014 y 2017.
Qian había robado casi 6.000 millones de euros a más de 128.000 inversores, que luego convirtió en bitcoins para poder sacar el dinero de China. Desde entonces huyó a Reino Unido y, tras salir todo a la luz, actualmente se encuentra prófuga.
Qian poseía una caja fuerte que contenía varios dispositivos de almacenamiento, cada uno de ellos con varias carteras digitales... que en conjunto albergaban más de 61.000 bitcoins, valorados en más de 2.000 millones de euros cuando la policía logró acceder en el verano de 2021. Mientras, Qian escapaba de nuevo y huía del Reino Unido.
La testaferro se 'come el marrón'
Wen hablaba de Qian como "su jefa", y afirmaba que ambas se dedicaban al comercio internacional de joyas y antigüedades entre Reino Unido y el Extremo Oriente. Pero, una vez detenida, afirmó ser una mera 'cuidadora' de la otra implicada y negó haber tenido acceso a todos los bitcoins, así como haber participado en el fraude original de 2014-201.
Sin embargo, la acusación ha recordado los numerosos intentos de Wen de comprar propiedades de lujo en Londres, incluida una mansión en Hampstead con un valor de mercado de 23,5 millones de libras, así como de una casa de ocho habitaciones (más cine y gimnasio) por 12,5 millones.
Sin embargo, estos intentos de compra nunca se materializaron debido a la imposibilidad de explicar el origen de los bitcoins que pretendía usar para abonar la compra, que fue lo que llamó la atención de las autoridades. Wen empezó diciendo que sus bitcoins habían sido minados a la vieja usanza, para a continuación argumentar que había recibido 3.000 bitcoins de su jefa como 'regalo de amor'.
Vía | Sky News
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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