El culebrón de Sam Altman y OpenAI ya tiene un 'The End', dejando al joven muy bien parado. Tanto es así, que ha vuelto al consejo de administración. La trifulca que tuvo lugar en el pasado mes de noviembre, cuando Altman pasó a estar despedido por desconfianza aduciendo falta de sinceridad a ser reclutado por Microsoft para después nuevamente volver a OpenAI como CEO. Y todo en solo cinco días. Ahora llegan las explicaciones.
Una investigación tan opaca en explicaciones como clara en conclusiones
Una organización independiente y sin ánimo de lucro ha sido la encargada de llevar a cabo la investigación sobre los sucesos acaecidos en noviembre de 2023 que tuvieron como consecuencia el despido fulminante de Sam Altman de OpenAI y su conclusión ha sido tajante: la conducta del CEO en esos momentos 'no exigía la destitución'.
Como ha detallado en un comunicado de prensa Bret Taylor, presidente de la junta de OpenAI, el bufete WilmerHale ha entrevistado a las personas integrandes de la junta, plantilla y además ha revisado más de 30.000 documentos para concluir que tanto Altman como el cofundador Greg Brockman son 'los líderes adecuados para OpenAI'.
Si después del despido y readmisión en tiempo récord de Altman por parte de OpenAI esperabas más detalles y explicaciones, malas noticias: el informe público de la investigación es bastante parco en detalles. En el documento detallan que la junta pensaba que 'mitigaría los desafíos de la gestión interna' echando a Altman y que la decisión no fue provocada por 'preocupaciones relativas a la seguridad del producto, el ritmo del desarrollo, las finanzas de OpenAI o declaraciones a inversores, clientes o socios comerciales'.
Vamos, que es tan genérico y vago que recuerda bastante a las declaraciones de la propia junta tras anunciar el despido de Altman, donde adujeron que era consecuencia de una 'pérdida de confianza entre la justa anterior y el señor Altman'. Un punto interesante es que el bufete detalla que la anterior junta tomó medidas 'sin previo aviso a las partes interesadas clave, sin una investigación completa ni una oportunidad para que Altman abordase las preocupaciones de la anterior junta'.
OpenAI mira al futuro y aprende de sus errores
The Verge se hace eco de una videollamada de Altman con la prensa donde Altman se disculpaba por creer que 'un antiguo miembro de la junta directiva de OpenAI estaba dañando a OpenAI con sus acciones', sin revelar su identidad. No obstante, desde hace tiempo hay pistas de que esa persona sería Helen Torner, con la que tuvo sus más y sus menos a causa de un paper del que ella es coautora donde se critica el enfoque de seguridad de OpenAI. No fue la única: también se ha hablado de las otras inversiones de Sam Altman y un posible conflicto de intereses.
¿Qué hay de Ilya Sutskever? De tener un papel relevante en el despido de Sam Altman a cambiarse de bando para pedir su vuelta y ahora permanecer en un discreto segundo plano. Preguntado sobre el status del informático de origen ruso, Altman no declaró nada más que lo increíble que es y que 'Espero que trabajemos juntos durante el resto de nuestras carreras', arrojando un jarro de agua fría a esos rumores que apuntan a una relación enfrentada.
Precisamente respecto al conflicto de intereses, OpenAI ha declarado tener un plan para fortalecer su política con un nuevo conjunto de directrices para su plantilla sin proporcionar más información sobre el tema. Asimismo, desean crear una línea directa para denunciar irregularidades e iniciar un comité de Misión y Estrategia.
Asimismo, ha aprovechado esta nota para anunciar la incorporación de tres nuevas personas a la junta de OpenAI: Sue Desmond-Hellmann, ex directora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates; Nicole Seligman, antigua ejecutiva legal de Sony y Fidji Simo, el CEO de Instacart.
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