Ogo Ezeaka es una mujer de 34 años que ha querido compartir su historia para que otras personas no cometan los mismos errores que ella. Se registró para un 'trabajo' en línea con la esperanza de ganar dinero extra. Ella tiene su trabajo a tiempo completo, justo en una empresa tecnológica, pero dice que es madre soltera y necesitaba una ayuda económica extra.
Todo comenzó cuando recibió un mensaje de una tal Flora en WhatsApp. Dijo ser reclutadora para una empresa que estaba en busca de trabajadores que pudieran ejercer sus labores en línea para "enviar y optimizar datos de productos".
Concretamente, su tarea iba a ser la de subir productos a un sitio web y ella ganaría dinero por cada producto cargado y con la comisión que le llegarían de las ventas que se produjeran de esos productos. Eso sí, las ganancias serían en criptomoneda. Pero ella tenía que encargarse de comprar el derecho a subir productos a la web, y ese pago sí se hacía con dinero real.
Cómo era su trabajo online
La reclutadora le dijo a Ezeaka que recibiría un salario base mensual de 2.800 libras esterlinas más una comisión del 0,5% y que se pagarían 460 libras esterlinas en su cuenta bancaria cada cinco días.
Según cuenta: "unos días después de registrarme, 'Flora' me dio algunas tareas que hacer, cada día me asignaban tres tareas. Tendría que registrar entre 40 y 50 productos en una aplicación, cada uno de los cuales tenía un precio adjunto" y una vez que había completado las tareas, depositaban todo el dinero y las ganancias obtenidas en una billetera criptográfica.
La víctima dice que la comunicación constante con Flora y cómo ella le comentaba sus tareas hacía que todo pareciera de confianza.
Problemas para recibir su dinero
Pues bien, después de hacer este gasto inicial, Ogo vio que para retirar su dinero generado a través de criptomonedas, debía pagar una tarifa para acceder a sus ingresos y también le pedían pagar otra para seguir vendiendo. Siguió confiando en esta empresa, tanto que llegó a pedir dinero prestado para poder pagar estas tarifas.
Inicialmente, la tarifa que pagó fue pequeña en comparación con las criptomonedas que estaba ganando a cambio. Un día, el saldo en el sitio web cayó extrañamente a cifras negativas: cayendo en picado a -18.000 libras esterlinas. La web indicó que si no presentaba un producto que valía mucho dinero, el total se restaría de su saldo.
El 'servicio de atención al cliente' le dijo que necesitaba restablecerlo a cero para seguir funcionando y que para ello podía acceder a sus cripto.
Pero cuando intentó acceder le dijeron que tenía que pagar una "tarifa de retiro" de 6.000 libras, para lo cual pidió un préstamo rápido (que hay que pagar en un día). Al principio pareció funcionar, pero luego volvió a aparecer un "error" similar. Ezeaka habló con Flora y esta aseguró que recuperaría el dinero si seguía haciendo las tareas.
A finales de julio, Ogo había recaudado lo suficiente para pagar su "deuda", pero recibió un mensaje que decía que su cuenta en línea había sido congelada y que tendría que pagar otras 6.000 libras para restablecer su saldo. La tal Flora la bloqueó en WhatsApp.
Durante todo este proceso pidió los préstamos y pagó las tarifas, pero sin poder acceder al efectivo que había ganado. En total, ahora tiene una deuda de 18.000 libras: un préstamo rápido de 6,000 libras (ella esperaba devolver el dinero nada más acceder a sus ingresos, pero como no recibió el dinero, el préstamos generó 2,500 libras de interés) y otros similares.
Imagen | Foto de Christin Hume en Unsplash
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