Cuando publicamos en LinkedIn y en Reportaro la idea de hacer un reportaje de cómo el trabajo en remoto había permitido a la gente mudarse a su pueblo de origen o volver a su país tras años emigrados y cómo eso ha cambiado sus vidas, tuvimos muchas personas interesadas en participar. ¿A quién no le gustan las historias alegres?
El teletrabajo ha traído nuevas realidades a nuestras vidas. Aunque no es algo nuevo en absoluto, desde el 2020, a causa de la pandemia, se ha expandido. Aunque algunas empresas no han llegado a adaptarse a esta realidad y quieren que sus empleados vuelvan a la oficina, otras han decidido mantener este proyecto, permitiendo a los trabajadores decidir dónde pueden vivir. E incluso hay gente que dimitiría si no pueden teletrabajar.
Modelos híbridos
Luego está el modelo híbrido que, aunque te da mucha más libertad para decidir dónde trabajar, no te permite hacer una mudanza. Este fin de semana me encontré con mi amiga Lara. Vino a una boda cerca de mi casa y, como me está pasando muchas veces que me encuentro con gente que vive en Madrid, salió la conversación de lo cara que es la vida en comparación con los sueldos y el enorme problema que le supone encontrar un piso nuevo donde vivir sola y con unas condiciones y precio que sean asequibles.
Le dije: "vuelve al norte". Más que nada porque me encantaría tenerla más cerca. Pero dos días a la semana tiene que ir obligatoriamente a la oficina a Madrid, por lo que es inviable. Le da más flexibilidad pero no tanta como para mudarse a otra ciudad si la ciudad que le gusta está a cientos de kilómetros de distancia.
Además de los nómadas digitales, gente que aprovecha para recorrer países del mundo gracias al teletrabajo, hay gente a la que esto les ha dado la posibilidad de volver a su país tras años fuera o de volver al pueblo. Aquí conocemos historias de diferentes personas que han podido volver al "hogar" gracias al teletrabajo.
"Me he vuelto al pueblo"
Lucía es una programadora asturiana que ha acabado viviendo en California. Allí conoció a su pareja, de otro país de Europa. Hace más de un año tuvieron su primera hija. Estaban teletrabajando ambos y decidieron que era un buen momento para hacer un cambio, al menos para disfrutar de un momento tan importante como la llegada al mundo de una nueva persona y sus primeros añosmde vida. Se mudaron al pueblo de ella, donde tenían el piso vacío de la abuela.
Ya se les acabó hace tiempo la baja paternal y maternal pero están trabajando tranquilamente desde el pueblo, la familia de ella disfruta de la pequeña, él también tiene a su familia más cerca que cuando estaba en California y además están pudiendo ahorrar mucho dinero, con sus sueldos mucho más altos que los de Asturias y el lugar donde se han asentado es un pueblo muy agradable para los primeros años de vida de una persona.
Rosa Matías es consultora de comunicación. Vivía en Madrid y ya podía teletrabajar algunos días pero ya tenía desde hacía tiempo el objetivo de volver al pueblo de su familia. La pandemia y la posibilidad de trabajar en remoto la llevó a tomar la decisión que rondaba por su cabeza hacía tiempo "en busca de otra manera de vivir, más pegada a la naturaleza, a la tranquilidad, a una gestión del tiempo diferente", explica Rosa.
Se mudó a su pueblo donde tenía su casa familiar, un entorno conocido, la gente que allí habita y por el compromiso de Rosa con la supervivencia del propio pueblo, que Cerezo de Abajo, donde hay 130 habitantes censados. Esto, además del enorme cambio de vida y las rutinas, le permitió desarrollar un emprendimiento nuevo, más allá de su trabajo online.
"Mi compañero y yo decidimos emprender con una pequeña fábrica de cerveza artesanal, Cerveza 90 varas, donde compartimos nuestra pasión por la cultura cervecera!. Además de fabricar varios tipos de cerveza, abrieron la fábrica a visitas y catas maridaje. Ahora, Rosa compagina esta tarea con su trabajo delante del PC en remoto.
"El teletrabajo me ha permitido volver a España
La crisis de 2008 llevó a muchísimos españoles fuera de nuestras fronteras. Y hay gente a la que el teletrabajo le ha permitido volver. A Estefanía le permitió no tener que volver a emigrar. Ingeniera, se vio forzada a emigrar en 2010 ante la falta de oportunidades por aquí. Vivió muchos años en Perú y en Chile. Hace unos años logró volver, trabajando para una empresa que, por problemas de gestión interna, el pasado año acabó en crisis financiera.
Ella no quería volver a irse de Asturias, su lugar de nacimiento. Consiguió trabajo en una empresa vasca pero ella puso una condición: trabajar online. La mayoría de la gente de esa empresa está en las oficinas centrales, pero valoran a los profesionales y Estefanía es muy experta en algo que esta empresa necesitaba. Así que le permitieron realizar sus labores en remoto.
Diana Carrasco nos cuenta que antes de teletrabajar residía en Bangkok y, aunque vivía cerca del trabajo, "echaba mucho de menos ver más a mi hija de 3 años y echaba mucho de menos estar cerca de nuestras familias en España" comenta que anhelaba volver a Santa Pola donde tenía ya creada la casa de sus sueños pero allí no tenía opciones laborales interesantes. Finalmente, "mi empresa Amadeus Bangkok me ofreció cambiar mi trabajo a Amadeus España y me ofreció poder teletrabajar al 100% en mi casa de Santa Pola con viajes ocasionales a visitar clientes en Europa o a la oficina en Madrid".
Ella valora mucho Gran Alacant en Santa Pola. "Es el sitio ideal para teletrabajar, especialmente con niños. Paradisíaco con una playa protegida, viviendas con vistas al mar a un precio asequible", bien comunicada. "Fue la mejor decisión de mi vida y todavía me despierto cada mañana todos los días pensando en la suerte que tengo de poder teletrabajar desde aquí" dice esta profesional que ahora trabaja en Quaderno.io, donde todo el mundo ejerce sus labores en remoto.
Otro caso lo comparte Borja Odriozola. En 2015 vivía en en El Salvador y trabajaba para Naciones Unidas. Allí conoció a su pareja, que es de Nicaragua y también trabajaba para la ONU. Cuando su contrato terminó, volvió a su país. Unos meses después terminó también el contrato de Borja. Entonces "tuve que tomar una decisión: o volvía a España o me lanzaba a Nicaragua con una mano detrás y otra delante. Elegí irme a Nicaragua. Allí estuve unos meses buscando trabajo, hasta que me ofrecieron ser profesor online de español para una academia de California".
Le gustó tanto la experiencia que a día de hoy sigue siendo profe online, ahora con su propio proyecto (borjaprofe.com) y gracias a esto, en 2018 pudo volver a España con su pareja. Los dos teletrabajan desde un pueblito tranquilo en la costa, "que aunque no es exótico es donde queremos vivir".
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