Este superordenador de IBM era el más potente del mundo en 2004. Hoy cualquier tarjeta gráfica RTX 4090 es superior

La evolución de los sistemas informáticos ha hecho que hoy día contemos con grandes máquinas en espacios mucho más reducidos

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Que cada vez los dispositivos sean más compactos y potentes no es ninguna novedad, pero es cierto que nunca deja de sorprender. Si miramos hacia atrás, sistemas informáticos de hace 50 años han sido sucedidos por pequeños dispositivos de bolsillo o unidades de almacenamiento minúsculas que superan varias veces su capacidad.

Un ejemplo que ha salido a la luz recientemente es el del superordenador BlueGene/L de IBM. En 2004, se trataba del superordenador más potente del mundo según la lista TOP500. Sin embargo, hoy por hoy, hasta una tarjeta gráfica de consumo personal puede ser hasta más potente que este sistema.

La RTX 4090 se carga al superordenador más potente de 2004

Actualmente, la GeForce RTX 4090 de NVIDIA es la tarjeta gráfica más potente del mercado para consumo personal. Eso está a punto de cambiar, ya que a finales de este mismo mes aterrizará la serie RTX 50, siendo sucedida por la RTX 5090 con mayor potencia, mejoras de IA a través de DLSS 4, y especificaciones que dejarán en pañales cualquier otra alternativa en este segmento.

4090 Imagen: NVIDIA

Sin embargo, es curioso pensar que, si hablamos de potencia bruta, una RTX 4090 ya es más potente que el superordenador más potente de 2004, el IBM BlueGene/L. Este superordenador contaba con 32.768 procesadores PowerPC 440, cada uno funcionando a una frecuencia de 700 MHz y 16 TB de memoria.

En aquella época, el superordenador fue valorado con 70,72 TFLOPS de rendimiento bruto. Cuando NVIDIA presentó su RTX 4090, la compañía sacaba pecho de los 83 TFLOPS de su tarjeta gráfica más potente hasta la fecha. Además, según Tim Dettmers, experto en deep learning e investigador científico en Ai2, uno de los grandes puntos fuertes de las GPU de la serie RTX 40 y H100 es su capacidad para realizar operaciones en coma flotante de 8 bits (FP8). Esto significa que pueden cargar los datos necesarios para la multiplicación de matrices el doble de rápido, una característica crucial en el campo de la inteligencia artificial (IA).

La potencia bruta de estas tarjetas gráficas hace que, en combinación de cuatro RTX 4090 con soporte FP8, puedan competir con el superordenador más potente de 2009 según el TOP500. De hecho, en noviembre de 2022, Wccftech consiguió llevar estas GPU a su límite convirtiéndolas en las primeras del mundo en alcanzar los 100 TFLOPS.

Cuando comparamos esta tarjeta gráfica con el superordenador, debemos tener clara una cosa, y es que la comparación se centra en el rendimiento bruto. Superordenadores como el BlueGene/L se centraban en hacer cálculos muy complejos a nivel molecular para desarrollar modelos climatológicos y otras tareas que necesitaban de ciertos mecanismos especiales para su funcionamiento. 

Este tipo de tareas no están optimizadas para su uso en una tarjeta gráfica de consumo personal, por lo que aunque fuesen muy potentes, se necesitaría de un gran esfuerzo humano detrás para hacer que puedan ser útiles en el campo de los superordenadores, por lo tanto, la comparación en este sentido acaba siendo ridícula si lo miras desde este punto.

Otro dato que se debe matizar es la cantidad de memoria de ambas máquinas. El superordenador de IBM contaba con un total de 16 TB de memoria, mientras que la RTX 4090 dispone de un máximo de 16 GB de memoria GDDR6X, una diferencia abismal y una especificación necesaria para que los superordenadores puedan trabajar en desarrollar modelos climatológicos, nucleares o de inteligencia artificial, entre muchos otros, algo que requiere una gran capacidad de memoria.

Imagen | IBM

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