2025 va a ser un año histórico para Microsoft. A finales de este nuevo año que estamos a punto de arrancar se acaba el soporte de Windows 10 de manera oficial, y hará que todos los usuarios tengamos que actualizar a Windows 11. Siempre que no queramos estar en un importante riesgo de seguridad. Además de esto tienen otro hecho histórico a sus espaldas: nunca se había enfrentado al hecho de tener una cuota de mercado superior en el software que están a punto de despedir con respecto a Windows 11.
Los datos son claros. Aunque a principios de diciembre veíamos como las cuotas de mercado estaban mejorando según las cifras de StatCounter, la realidad es que Windows 10 sigue liderando con un 61,83% de cuota. Todo esto frente a un Windows 11 que tiene una cuota del 34,94%.
El reto de Microsoft para no dejar a sus usuarios 'tirados'
El problema está en los requisitos que exige Microsoft para hacer la instalación. Tener una CPU compatible con TPM 2.0 es algo innegociable para Microsoft. Y aunque puedan surgir ideas de que permiten saltarse este requisito, la realidad es que se mantienen en su idea original, provocando que muchos procesadores antiguos no puedan con Windows 11.
Si miramos al pasado, Microsoft nunca ha tenido este problema entre sus manos. Siempre que salía una versión nueva del sistema operativo, los usuarios la instalábamos de manera progresiva hasta el punto de que se superaba la cuota de mercado sobre la versión antigua. Algo lógico y que ocurre con las nuevas versiones de otros software como puede ser iOS o Android.
De esta manera, Microsoft cuenta con un gran reto por delante y menos de un año para completarlo: hacer que los usuarios confíen en Windows 11 y lo instalen en sus dispositivos. El problema es que el tiempo es realmente reducido para poder darle una solución como tal. Aunque si que han tenido desde el lanzamiento de Windows 11 tiempo de sobre que no han querido aprovechar.
Un problema que a priori tiene una fácil solución, que Microsoft no quiere aplicar: retirar el requisito de TPM 2.0.
Microsoft, en boca de Steven Hosking, manager de producto senior en Microsoft afirmó a través de una publicación que "TPM 2.0 es una necesidad para un Windows 11 seguro y preparado para el futuro [...] desempeña un papel crucial en la mejora de la protección de la identidad y los datos en los dispositivos Windows, así como en el mantenimiento de la integridad del sistema”.
Pese a que es una realidad que la seguridad es realmente importante en los tiempos que corren, la solución al final va a agravar el problema. Recordamos que los usuarios que no actualicen a Windows 11 porque no pueden, por no tener un equipo compatible, se van a enfrentar a riesgo de seguridad por no tener acceso a los parches de la compañía.
Pero aunque esta idea puede estar clara en nuestras mentes, para Microsoft es una condición que no se puede eliminar. "Es un estándar no negociable para el futuro de Windows” es como califican a TPM 2.0.
Los usuarios están optando por usar Rufus o Flyby11 para poder instalar Windows 11 pasando por alto esta restricción. Pero no han cesado en desaconsejarlo porque pueden acabar con una pantalla en negro de fondo en su ordenador o igualmente sin recibir las actualizaciones.
La solución que plantea Microsoft es molestar a los usuarios. En estos meses hemos visto como la compañía no ha cesado en lanzar mensajes intrusivos a las pantallas de los usuarios de Windows 10 para que actualicen. El problema es que muchos no pueden por no tener un ordenador compatible con una CPU que sea de 2018 en adelante.
No pasó lo mismo con Windows 7 cuando salió
Entonces... ¿Hay que comprar un nuevo ordenador? Para Microsoft esta sería la solución ideal para que estemos completamente seguros usando nuestros equipos. Aunque ahora mismo tiene 10 meses para poder pensar que hacer para hacer que los usuarios terminen migrando y no dejar a millones de usuarios colgados.
Como decimos, esto en el pasado nunca ha ocurrido. Con Windows 7 solo se necesitó un año para poder rebasar la cuota de mercado de Windows Vista. Algo que era previsible porque todos queríamos salir de Vista cuanto más rápido mejor. Aunque le costó más superar a Windows XP que 10 años después de su lanzamiento, contaba con una cuota de mercado de 44,5%.
Pero en este caso vemos como Windows 10 es insuperable por Windows 11. Tres años después no ha conseguido llegar a superarlo, y la tendencia apunta a que no va a ser en este 2025 el año en el que veamos este sorpaso. El problema, como repetimos, son los millones de usuarios que quedan detrás totalmente desprotegidos a partir de octubre del 2025.
Imágenes | Sunrise King Windows
En Genbeta | He estado usando Windows 11 durante tres años: no aguantaba más y he vuelto a Windows 10. Pienso quedarme
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