Se suponía que ayer un cohete de SpaceX, la empresa de proyectos espaciales de Elon Musk, debería haber despegado para poner en órbita el primer satélite creado por Facebook. Se trataba del AMOS-6, y su misión hubiera sido la de abrir camino para que la iniciativa Internet.org pudiese empezar a llevar Internet a alguna de las partes más remotas del mundo.
Pero desafortunadamente, una anomalía en la plataforma de lanzamiento acabó provocando la explosión del cohete que lo iba a transportar, y junto a él se ha perdido toda su carga. Esto ha supuesto un golpe enorme para las aspiraciones de la red social, pero aún le quedan otros proyectos con los que seguir intentándolo.
Y es que Facebook y Google están enzarzados en una frenética carrera por llevar Internet a las zonas desconectadas que quedan en el mundo. Ambas empresas tienen varios proyectos para conseguirlo, aunque el satélite de Facebook era uno de los más ambiciosos. ¿Cómo queda por lo tanto esta carrera tras el accidente del AMOS-6?
AMOS-6 y la carrera de Facebook contra Google
Superados los 1.000 millones de usuarios, las grandes plataformas online llevan varios años buscando la manera de llevar a sus servicios a todos aquellos millones de personas que aún no tienen acceso a Internet, aunque para eso primero hay que proporcionarles una manera económica y eficaz de poder conectarse a la red.
Y en ello están Google y Facebook. La empresa del buscador lo está intentando hacer mediante iniciativas como su popular Project Loon, una red de globos que volará por la estratosfera con la idea de ofrecer conectividad LTE en las zonas por las que pasen. Estos tendrían hasta ocho meses de autonomía, y Google aún se encuentra poniéndolos a punto antes de empezar a desplegarlos.
En 2014 también se habló de Project Titan, muy parecido a Loon pero en el que Google cambiaba globos por drones solares. Y el pasado febrero se habló sobre Project Skybender, otra red de drones con la que la empresa del buscador pretendía ofrecer en las zonas remotas a las que llegasen una conectividad cuarenta veces más rápida que la LTE.
Aunque no es el único, el proyecto principal de Facebook es aún más ambicioso. En vez de limitarse a crear globos o drones quería ir un paso más allá y varios kilómetros más arriba utilizando su propia red de satélites, con los que ofrecer conectividad con su proyecto Internet.org directamente desde el espacio.
La iniciativa fue anunciada en 2013, y el AMOS-6 era el primero de estos satélites en cuya construcción había corrido a cargo de la empresa Eutelsat. Con él los de Zuckerberg esperaban poder llevar conectividad a 14 países de las zonas más pobladas del África subsahariana, y de paso atraer la mirada y las inversiones de aún más socios para su proyecto.
¿Y qué pasa ahora tras la explosión?
El proyecto de Internet.org no está siendo fácil para Facebook. Ya había tenido que capear las quejas de los operadores, así como las críticas y vetos de países y organizaciones por la manera en que podría vulnerar la Neutralidad en la Red, y desde luego que el fallar con su primer paso importante para conseguir su objetivo no le va a ayudar.
En un mensaje publicado en Facebook Zuckerberg ya se ha mostrado 'profundamente decepcionado' por la destrucción de su satélite. No obstante, según datos de Eutelsat la pérdida podría tener un impacto negativo de 5 millones de euros en los beneficios del año fiscal 2016-17, de 15 millones en el 2017-18, y de entre 25 y 30 millones de euros en el de 2018-19.
Aunque no lo especifican, no queda claro cuanto de este impacto corresponde a Facebook y cuánto a la empresa fabricante. Aun así, para la red social tampoco es sólo cuestión del dinero invertido, sino que también supone un golpe que podría retrasar algunos de los acuerdos que estuvieran a punto de cerrar con futuros inversores.
En cualquier caso, el propio Zuckerberg ha asegurado que lo que le preocupa no es el dinero que pueda haber perdido con esta operación, sino el retraso en sus planes de conectar a millones de personas. Lo dice dando un discurso altruista, aunque está claro que cuanto más engrose su base de usuarios más beneficios seguirá teniendo con ellos. Según los últimos datos, en julio superaron los 1.700 millones, o sea que imagínate el salto que podrían dar con 14 nuevos países conectados.
¿Y ahora qué? Aunque Facebook aún no se ha mencionado al respecto, es de suponer que volverán a intentar crear otro satélite para conectar zonas remotas del mundo desde el espacio. En cualquier caso, los de Zuckerberg también tienen un plan B para que el retraso tras el accidente no detenga del todo sus aspiraciones.
Se trata del proyecto Aquila una flota de drones cuya misión será, igual que la de Google, ir sobrevolando el planeta para llevar Internet a donde nos cables no llegan. El objetivo es que en un futuro cercano puedan conseguir tener alrededor de 10.000 de estos drones pululando por el planeta capaces de enviar señales láser con las que transmitir decenas de GB por segundo a más de 15 kilómetros de distancia.
Los drones tendrán una envergadura similar a la de un Boeing 737, y una autonomía que les permitirá volar durante 90 días a velocidades inferiores a 128 kilómetros por hora proporcionando conectividad a las zonas que se encuentren bajo ellos. La velocidad es un punto importante, pues cuanto más lentos sean más estable será la conectividad que ofrecen.
Pero a este otro proyecto también le quedan algunos años para empezar a operar con ambición. De momento, tras dos años trabajando ya han realizado varias pruebas con el primero de los drones. Pero de ahí a tener los 10.000 que esperan tener en el aire aún queda un trecho. Habrá que ver qué va sucediendo durante en los próximos meses, porque la carrera por llevar Internet a las zonas más remotas está siendo muy interesante.
Imágenes | Mark Zuckerberg
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