El éxito de la aplicación para compartir fotos Instagram, como ya nos analizó Mauro Fuentes, es incontestable. Aún no han llegado a cumplir un año y el crecimiento en usuarios es impresionante. A pesar de que cada día aumentan tanto el número de usuarios que se unen como el número de fotografías que suben para compartir, no habíamos conocido ningún caso grave de problema con la aplicación.
Pero siempre hay una primera vez. Y todo debido a un tsunami llamado Justin Bieber. De sobra conocido, este joven cantante canadiense arrastra hordas de fans por todo el mundo. Sus videoclips en YouTube están entre los más vistos, su página oficial en Facebook es de las que más seguidores congrega y su perfil de Twitter compite por ser el número uno.
Con estas credenciales en medios sociales no parecía descabellado que su aparición en alguna otra saturara de seguidores en poco tiempo (que se prepare Google+). Y llegó a Instagram. El joven Bieber siguió la fiebre y apenas se abrió una cuenta y subió su primera foto y el servidor de la aplicación se cayó. Hasta 50 seguidores por minuto entraban a ver su primera foto, hasta 10 comentarios por segundo registrados y así, Instagram encontró su primer tsunami. Lo mejor de todo: la foto. Realmente inexpicable: una foto del tráfico de coches en una carretera cualquiera. Lo que viene a demostrar el fenómeno de los famosos en medios sociales.
Seguro que de esta aprenden en Instagram y estarán preparados para cuando aparezcan Lady Gaga y compañía.
Vía | TechCrunch
