Hace tan solo unos días, Facebook decidió publicar un curioso estudio con el que pretendía aclarar la “polémica” entre las llamadas personas “de perros” o “de gatos”, y en el que se analizaba el comportamiento y características de sus dueños en la red social. Una investigación que tuvo en cuenta desde sus manifestaciones hasta el tipo de fotos que colgaban; un material que sirvió para dilucidar quiénes eran los más solitarios o sensibles, y un largo etcétera que puedes suponer.
Y es precisamente algo muy parecido lo que logra un algoritmo dado a conocer por el MIT Technology Review y desarrollado por especialistas de la Universidad de Harward y Vermont, un sistema capaz de detectar si un individuo se encuentra deprimido mediante el análisis de sus fotografías en Instagram. Pero, ¿cómo logra exactamente?
Así funciona el algoritmo
El punto de partida de la investigación, en todo caso, resulta sorprendentemente simple pues se basa en que, de manera intuitiva e inconsciente, cada uno de nosotros suele asociar un determinado color a un sentimiento.
Es decir, optamos por los rojos, amarillos y otros más vibranes cuando nos encontramos de buen humor, mientras que nos decantamos por los grises y negros cuando nuestro ánimo decae. Algo que se plasma, por ejemplo y sobre todo, a la hora de determinar la ropa que vamos a vestir. Asimismo, seguro que has oído hablar de los llamados colores alegres para referirse a estos primeros.
Dicho lo cual, Andrew Reece y Chris Danforth (así se llaman los investigadores) han empleado esta información para crear un algoritmo que, además de otros fragmentos de información contenidos en las imágenes, utiliza el color para ayudar a identificar la depresión en Instagram.
En concreto ya han probado su método con hasta 500 trabajadores de Amazon que tenían cuentas en la citada red social y a cada uno de los cuales se les solicitó rellenar una serie de formularios, incluyendo algunas preguntas que sirven para determinar la depresión clínica. A continuación se les pidió que compartiesen sus cuentas de Instagram en el estudio y se analizaron más de 40.000 fotografías (el centenar más reciente por cada perfil).
Durante el proceso también se empleó software de reconocimiento facial con el objetivo de que se determinase automáticamente el número de personas presentes en cada foto, y se evaluaron el número de Likes y comentarios de cada una de las capturas. Un compendio de información que, junto el algoritmo permitieron descubrir unos patrones comunes y un claro diagnóstico.
- Las personas deprimidas tienden a publicar imágenes en tonos azulados, grises y colores más oscuros en general. También reciben menos comentarios y likes.
- En cuanto al uso de los filtros, los más tristes se decantaron por el llamado Inkwell, que convierte las fotografías en color a blanco y negro, mientras que los más alegres, prefirieron el filtro Valencia, que se encuentra en el lado opuesto.
- Curiosamente, el estudio también mostró que las personas deprimidas eran más propensas a publicar fotos con otras personas, aunque los grupos eran más reducidos que los que aparecía en las imágenes de los sujetos “sanos”.
Para acabar y de manera global, finalmente el algoritmo fue capaz de identificar correctamente a las personas deprimidas con un 70% de acierto, unos hallazgos que podrían aplicarse a diferentes ámbitos y que resultarán de gran ayuda a la hora de detectar esta clase de patologías mediante "métodos computacionales" y tomar medidas al respecto.
Vía | MIT Technology Review
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