No obstante las virtudes que ha conllevado el rápido desarrollo tecnológico de la última década –y como sucede en casi todos los ámbitos-, su popularización también ha implicado la aparición de nuevas filias y fobias, unos problemas de corte psicológico entre las que se cuelan la nomofobia, el síndrome de la vibración fantasma y similares.
La obsesión por las redes sociales es otro de ellos. Por eso, no podemos dejar de hablarte de una nueva investigación que ha descubierto algunos rasgos de personalidad que podrían convertirte en Facebook-dependiente. Una denominación que, según apuntan los científicos implicados, no tiene por qué constituir una adicción en sí misma.
Qué dice el estudio
Así, este estudio estadounidense llevado a cabo por Amber Ferris, profesora de Comunicación de la Universidad de Akron y especialista en el seguimiento de este tipo de tendencias, desvela que el uso que hacemos de la red de Zuckerberg podría resultar determinante a la hora de considerar una posible dependencia.
En concreto, los datos recabados a partir del examen de más de 300 sujetos de entre 18 y 68 años, revelaron que aquellas personas que acuden a la utilidad con la intención de “aprender a conocerse mejor” (sí, a nosotros también nos ha sorprendido) son los que tienen una autoestima baja. Para que los identifiques, podrían publicar, por ejemplo y perfectamente, que se van al gimnasio; y dependen de la retroalimentación de su comunidad para sentirse bien.
Las manifestaciones políticas también sirven. Además, esta clase de perfiles suele observar cómo afrentan los problemas e interactúan otros miembros para “sacar ideas de cómo acercarse a otras personas en situaciones importantes y difíciles”. Sin embargo, no se trata de los que se enganchan con mayor facilidad.
Por otra parte, los individuos que se valen de Facebook para conocer a gente nueva tienden a ser más abiertos y a compartir información de tipo personal en línea. Sin embargo, esta no siempre es verídica y no solo eso, sino que se trataría del grupo más dependientes. Algo que nos ha llamado poderosamente la atención.
¿Cómo son entonces los que expresan toda su alegría online? Felices, sin duda. "Aquellos que publican más y son más positivos gastan Facebook para mantenerse en contacto con personas que ya conocen y para llamar la atención de los demás, apunta Ferris. "Esto tiene mucho sentido pues, si estás satisfecho con tu vida, serás más propenso a querer compartir esa felicidad con los demás a través de los medios de comunicación social". Una satisfacción que, por otra parte, les aleja de la mayoría de adicciones.
Otros sistemas de detección
Al margen de lo dicho, ya en 2011, la Universidad de Bergen en Noruega estableció una Escala de Adicción a Facebook, un baremo cuyos resultados sirvieron para concluir que las personas socialmente ansiosas e inseguras estaban más predispuestas a “engancharse” y a obtener puntuaciones más altas en el test, especialmente las que usaban la comunidad virtual para comunicarse con sus semejantes.
Un análisis del que algunos portales como Publimetro se valieron para establecer una serie de síntomas que constataron con expertos y entre los que se incluyen hacer fotografías de todo lo que ocurre con la intención de subirlas posteriormente a la red, buscar el like, narrar tu vida a través de la red social, compartir enlaces sin ni siquiera abrirlos de manera automática e incluso sentir obsesión por ser el primero en pulsar “me gusta”.
Estar siempre conectado, preferir las conversaciones online a las que tienen lugar en persona y sufrir estrés a la hora de decantarse por el mensaje que subirás a la red son otros de los indicativos. ¿Padeces alguno?
Vía | IBN Live
Imagen | Pixabay
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