Seguro que la mayoría de los lectores habéis probado alguna vez un móvil o tablet con Android. Si es así, sabréis que es un sistema muy bueno, muy completo y con mucho potencial. Aun así, no se puede decir que sea el sistema perfecto.
Para que sea el sistema perfecto, Android necesita pulir tres detalles, muy simples. Se trata de adaptar lo mejor de sus competidores, de ver por qué los usuarios no se quedan contentos con el sistema y corregirlo. Veámoslo después del salto.
Un Market mejor y más seguro
En el primer aspecto, Google ya ha avanzado muchísimo camino para mejorar el Android Market y hacerlo más agradable y fácil de usar. Comparado con las primeras versiones, el Market actual es una verdadera maravilla.
Sin embargo, en lo que sí le falta camino por recorrer es en la calidad y seguridad. Seguro que no seré el único que se ha topado con aplicaciones que no hacen lo que dicen, o que tienen permisos demasiado extraños. No digo que ahora Google tenga que volverse como Apple, sino que un poco más de control no vendría nada mal.
Por ejemplo, una medida muy sencilla para mejorar la calidad del Market sería poner un botón para reportar aplicaciones sospechosas o que no hagan lo que dicen (ya existe un botón parecido, pero sólo sirve para contenido inadecuado como violencia, sexo, racismo…). Con la cantidad de usuarios que usan el Market, en poco tiempo la calidad de éste sería bastante mayor.
Otra opción sería que un antivirus analizase las aplicaciones nuevas, para evitar que entren virus ya conocidos en el Market. Y por último, no vendría nada mal que el desarrollador tuviese que explicar para qué es cada permiso y así hacer más transparente la instalación.
Como veis, no son medidas difíciles de implementar. No convertirían al Market en una tienda cerrada y censurada como la de Apple, sino que mejorarían su seguridad y quitarían aplicaciones basura o malwares con el consiguiente beneficio para los usuarios.
La relación de los fabricantes con Android
Salvo contadas excepciones, los fabricantes tratan mal a Android. Entre las personalizaciones que lo único que consiguen es ralentizar el teléfono y quitarle características que ya venían de serie. Y con el tema de actualizaciones, ya ni hablamos. Raro es el poseedor de un Android que ha tenido más de tres actualizaciones oficiales de su teléfono.
No digo que todos los teléfonos tengan que recibir todas las actualizaciones. Está claro que si tienes un HTC Magic de los primeros difícilmente vas a poder usar Gingerbread. Pero lo que sí es más desesperante es que teléfonos que podrían aguantar perfectamente Android 2.2 se queden con la 2.1 o 1.6 oficial, simplemente porque el fabricante no quiere actualizar.
Aquí, Google debería ponerse un poco más serio. Al fin y al cabo, lo que está en juego es la marca Android. No estaría mal que Google presionase un poco más a los fabricantes y operadoras para que los usuarios puedan disfrutar de la última versión de Android posible.
El punto más importante: fluidez, velocidad de respuesta y rendimiento
Antes de seguir hablando de Android, vamos a irnos un poco a iOS. Si alguna vez habéis tenido un iPad o iPhone entre manos, habréis podido comprobar lo bien que funcionan. Usar uno de estos dispositivos de Apple es toda una gozada.
Sin embargo, estos dispositivos también tienen sus limitaciones, y no suelen ser nimiedades. Pero, ¿qué es lo que ocurre? Que lo que hace el iPad/iPhone lo hace tan bien, que no nos importa las cosas que no hace. Es cuestión de percepciones: para darnos cuenta de que falta algo, tenemos que pensarlo y buscarlo. Para darnos cuenta de que lo hace mal, simplemente hay que usarlo. La experiencia de usuario es peor cuando algo es malo que cuando directamente no está.
Este es uno de los rasgos más característicos de Apple: no tendrán el software más completo del mercado, pero todo lo que hagan lo harán bien y de una forma agradable para el usuario.
Android es justamente al contrario. Tiene un montón de funcionalidades, pero el problema es que no todas van a la perfección. Y para algo de uso tan cotidiano como un teléfono, que las cosas sean lentas y no funcionen del todo bien puede llegar a ser desesperante. Preferimos tener pocas cosas excelentes a muchas cosas que sean mediocres.
Sí, esto depende en gran parte de las características del teléfono, pero no totalmente. A una CPU igual, un Windows Phone o un iOS seguramente se comporten mejor que un Android. Y Google debería trabajar en esto, ya sea colaborando con los fabricantes o mejorando el rendimiento general del sistema. Ahora mismo, Android ya es el sistema más completo y con más opciones de todos, así que toca centrarse en que también sea el más agradable de usar.
Desde mi punto de vista, con sólo estos tres puntos (sobre todo el último), Android dejaría de tener rival en móviles y en tablets. Sería un sistema completísimo, agradable de usar, con aplicaciones de calidad y con un montón de dispositivos para elegir. ¿Qué más podríamos pedir?
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