Si os pido que me digáis una distribución de Linux, probablemente muchos respondáis Ubuntu. Otros Linux Mint, y pocos dirán Fedora o OpenSUSE. Pero hay todo un mundo de distribuciones ahí fuera (más de cien al menos), y aunque en algunos casos hay distribuciones sin una razón de ser clara, hay otras que sí ofrecen ventajas y algo diferente que no tienen las demás.
Es, por así decirlo, la cara oculta de Linux. En este artículo veremos cuatro distribuciones que ofrecen algo distinto a lo que estamos acostumbrados. En posteriores entregas veremos entornos de escritorio, navegadores o incluso distintas terminales para usar. Pero no adelantemos acontecimientos, y vayamos primero con las _distros_.
Elementary OS, diseño y usabilidad
Antes, se podía decir que el aspecto de un escritorio Linux medio era horrible. Ahora las cosas han mejorado bastante, pero el diseño sigue sin ser una prioridad en el mundo Linux, básicamente porque pocos diseñadores contribuyen al software libre.
Elementary OS es una distribución Linux centrada precisamente en eso, en el diseño y también en la facilidad de uso. Basada en Ubuntu 12.04, la última versión (Luna) salió al público hace poco, el 10 de agosto de este año. Usan GNOME3 como entorno de escritorio, así que el diseño os resultará familiar. Además, toma prestados varios conceptos de Mac OS X, como el dock o el panel de control.
Además de tener varias aplicaciones propias, como un navegador (Midori), un cliente de correo (Geary) o un calendario (Maya); incluye el Software Center de Ubuntu para que os podáis descargar más aplicaciones fácilmente.
Otro aspecto importante de Elementary OS es el rendimiento. Está optimizada para usar pocos recursos y ser veloz, y yo diría que lo han hecho bastante bien. Incluso en una máquina virtual con poca potencia se inicia en sólo unos segundos.
Elementary OS Luna es una de esas distribuciones que deberíais probar si estáis cansados de Ubuntu: fácil de usar y agradable; y sin necesidad de aprender cosas nuevas para usarla.
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Gentoo, personalización al máximo
Si la mayoría de las distribuciones Linux se centran en hacer más fácil su uso para el usuario común, para Gentoo eso no es una prioridad. Esta distribución se centra en la potencia de uso y en la personalización máxima, y a cambio puede resultar extremadamente complicada de usar.
Por poner un ejemplo, sólo la instalación de Gentoo ocupa doce capítulos del manual de la distribución (que, por cierto, es imprescindible: no creo que nadie puesta instalar Gentoo sin usarlo). La instalación se realiza a través de consola, donde probablemente necesites usar links, un navegador para la terminal.
Con los archivos de instalación descargados, hay que personalizar las opciones del compilador para lograr el máximo rendimiento. Hay una guía entera dedicada a estudiar las optimizaciones que se pueden aplicar. También hay que montar las particiones manualmente, configurar Protege (un "gestor de paquetes" por así decirlo) y esperar a que se compile el kernel y demás archivos del sistema. En mi caso, he tardado unas 3-4 horas en instalarlo y tener un sistema completo.
Instalar programas adicionales es relativamente sencillo usando el sistema Portage. Por ejemplo, para instalar un programa sólo hay que ejecutar un comando: emerge programa. Esta simplicidad aparente oculta una gran complejidad detrás: Portage descarga el código fuente del programa que quieras instalar y lo compila de acuerdo con la configuración y optimizaciones que hayas definido. Las variables USE indican si quieres que haya ciertas características que no se incluyan al instalar programas (por ejemplo, puedes evitar gastar recursos en compilar e incluir OpenGL si no usas aplicaciones que usen gráficos).
Gentoo ofrece una potencia y capacidades increíbles, pero sólo si estás dispuesto a invertir tiempo en personalizarlo y pelearte con él. Eso sí, si te gusta cacharrear y conocer a fondo tu sistema, Gentoo puede llegar a ser fascinante.
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Chakra, un sistema basado en el principio KISS
Arch no es un sistema que haya hecho una banda de rock. KISS significa Keep It Simple, Stupid. En castellano, Que sea simple, estúpido. La idea es mantener un sistema lo más simple posible, sin complicaciones y donde prime el minimalismo, implementaciones simples y código de calidad.
El problema de esta simplicidad es que lo llevan al máximo. Por no tener, Arch no tiene un instalador gráfico y tienes que instalarlo a mano (como tú quieras, eso sí) al estilo Gentoo. Por eso mismo creo que es mejor hablar de Chakra, una modificación de Arch que se basa en los mismos principios pero que facilita algo más la vida al usuario con un instalador gráfico y un sistema básico (escritorio KDE).
El modelo de actualizaciones es half-rolling: los paquetes principales (gráficos, audio, kernel) se mantienen fijos en versiones estables y se actualizan con menos frecuencia y sólo tras haber sido probados. El resto de programas (escritorio, navegadores...) tienen disponibles las nuevas versiones según se liberan, de tal forma que siempre estarán actualizados. Además, su gestor de paquetes Pacman es una verdadera maravilla.
Chakra es la distribución que más me gusta, principalmente porque es la que mejor está preparada para el escritorio KDE. Además, ese principio de simplicidad hace que el sistema sea también muy rápido y no tenga problemas de rendimiento.
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Mageia, Mandriva revivido por la comunidad
Por último, vamos a ver Mageia. Esta distribución nació en 2011 como un fork de Mandriva creado por la comunidad. Recordad que a su vez Mandriva viene de Mandrake Linux, una distribución basada en Red Hat lanzada en 1998. Una distribución muy nueva, sí, pero con historia.
En su mayor parte, Mageia está desarollada por la comunidad de usuarios. Por detrás está Mageia.org, una fundación sin ánimo de lucro.
Dos son las ventajas principales de Mageia frente a otras distribuciones. La primera es que es bastante fácil de usar, con un sistema de configuración y administración potente y bastante útil, heredado de lo que tenía antes Mandriva y Mandrake.
Por otra parte, Mageia ofrece soporte para varios entornos de escritorio: KDE y GNOME, por supuesto; pero también otros menos conocidos como LXDE, XFCE, RazorQt, Openbox o Fluxbox. Es una buena distribución si queréis probar varios entornos y ver cuál os gusta más, y de hecho está preparada para ir cambiando entre ellos sin problemas. Sólo hay algunas incompatibilidades entre LXDE y XFCE, pero con el resto no debería de haber problemas.
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Hasta aquí esta parte del especial. Por supuesto, estas no son las únicas distribuciones interesantes que hay por ahí, pero si reseñásemos todas no acabaríamos. En general, os recomendaría echar un ojo a Distrowatch si queréis ver otras distribuciones y experimentar (eso sí, hacedlo en una máquina virtual mejor). Y, como siempre, si tenéis sugerencias podemos discutirlas en los comentarios.
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