La inteligencia artificial tiene una serie de ventajas muy importantes para nuestro día a día que nos permite salir de muchos apuros fácilmente. Aunque también tenemos que ver el otro lado de la moneda. Y es que pese a que ya se integra en muchos campos de nuestra vida como la medicina, la educación o la informática, hay que tener en cuenta el lado negativo como por ejemplo el riesgo de que acabe con la humanidad y ahora también el alto consumo de agua.
El alto consumo de agua por parte de la inteligencia artificial de OpenAI ha estado en el foco durante estos últimos meses. Algunos estudios apuntan a como ChatGPT consume una botella de agua por consulta o incluso que GPT-4 para generar 100 palabras consume 3 botellas de agua.
El consumo de agua como un punto preocupante en la IA
En el año 2020 la Universidad de Riverside apuntaba con sus estudios que ChatGPT consumía 2 litros de agua para poder generar 50 respuestas a 50 consultas. Pero un estudio ha querido rebatir estas conclusiones. Tal y como se ha publicado en The Times se habría visto que para hacer funcionar al modelo de GPT-3 se necesitaría el cuádruple de agua de lo que se pensaba hasta ahora.
Aquí hay una gran incógnita. Este estudio ha mostrado la ingente cantidad de agua real que tiene que consumir ChatGPT si tiene GPT-3 activado. Pero ahora OpenAI ha lanzado otros modelos que son más potentes al contar con capacidades extras como son GPT-4 y GPT-4o. Entonces estos modelos deben consumir también mcho más de lo esperado.
Precisamente cuando la IA se va volviendo cada vez más potente es más difícil poder satisfacer sus necesidades de electricidad y agua. Las grandes compañías apuntan ya a construir reactores nucleares para poder alimentar todos sus servidores, así como conseguir sistemas más eficientes para obtener el agua que debe refrigerar a los servidores. Algo que atenta contra los compromisos de sostenibilidad que tanto defienden de cara al público.
Ahora mismo Microsoft ha confirmado que ha usado el 22,5% del consumo total de agua para esta tarea, mientras que Google y Meta el 17%. Ahora las mentes de cada compañía están puestas en cómo refrigerar la AI a medida que va exigiendo cada vez más con el objetivo de que no sea un auténtico desastre medioambiental.
Imágenes | Markus Spiske Solen Feyissa
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