El brote de enfermedad por coronavirus, COVID-19, no solo está afectando a la salud de miles de personas en todo el mundo, sino también a la economía. Una de las grandes compañías tecnológicas que va a sufrir el impacto del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, surgido en la ciudad china de Wuhan, es Microsoft.
La multinacional ha explicado, pensando en el tercer trimestre fiscal, que no espera cumplir su facturación pronosticada para el segmento de computación personal porque "Windows y Surface se han visto más negativamente afectados de lo anticipado anteriormente". Tras anunciarlo, su cotización ha caído un 2 %.
Hace menos de un mes, a finales de enero, anticiparon que pensaban alcanzar una facturación de entre 10.750 y 11.150 millones de dólares, un rango más amplio del habitual cuyo objetivo era contemplar escenarios inciertos a cuenta de la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus.
Una lenta vuelta a la normalidad
Pese a que en zonas como Europa, Estados Unidos o América parece que la situación acaba de empezar, en China comienza a aventurarse una vuelta paulatina a la normalidad. O, como mínimo, una contención del brote.
En este contexto, el gigante tecnológico asegura que su cadena de suministro está volviendo a su situación habitual tras el impacto del brote, pero lo está haciendo "a un ritmo más lento" de lo que habían previsto en la presentación de los resultados del segundo trimestre realizada hace menos de un mes.
"A medida que las condiciones evolucionen, Microsoft actuará para garantizar la salud y la seguridad de nuestros empleados, clientes y socios durante este difícil período", dicen desde Redmond, añadiendo que seguirán uniéndose con autoridades sanitarias locales y mundiales "para proporcionar asistencia adicional".
Microsoft no es la única compañía que sufre los efecto del brote de enfermedad por coronavirus. Apple anunció hace algo menos de una semana que no alcanzará sus objetivos de ingresos del segundo trimestre fiscal también por el impacto de esta crisis y la lenta vuelta a la normalidad en China.
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