Alrededor de 20.000 sitios web dedicados a las noticias falsas generan aproximadamente 235 millones de dólares al año gracias a la publicidad que muestran según ha concluido un estudio de Global Disinformation Index.
Esta organización sin ánimo de lucro compuesta por gobiernos, empresas y sociedad civil para combatir la desinformación, mantiene que se está subvencionando la desinformación sin tener conocimiento de ello a través de la publicidad en línea y las empresas que la hacen posible.
"Nuestras estimaciones muestran que la tecnología publicitaria y las marcas están financiando involuntariamente dominios de desinformación. Estos hallazgos demuestran claramente que se trata de un problema de toda la industria que requiere una solución de toda la industria", dice Clare Melford, cofundadora y directora ejecutiva de GDI, en un comunicado que cita Poynter.
Amazon, Google y otras empresas estarían involucradas probablemente sin saberlo
De acuerdo con el estudio publicado por Global Disinformation Index, alrededor de un 70 % de webs analizadas mostraban anuncios suministrados por Google. Le seguirían los ad exchange de AppNexus, Amazon, Criteo y Taboola, entre otros.
Google, en proporción al número de anuncios mostrados, también representa el mayor monto de ingresos pagados a web calificadas como de desinformación en la muestra de GDI. Concretamente, abona 86 millones de dólares, seguidos de los 59 pagados por AppNexus, los 53 de Criteo y los cerca de 9 de Amazon.
Tras las elecciones presidenciales de 2016, compañías como Google prometieron intensificar sus esfuerzos para frenar la fácil monetización de los sitios web dedicados a desinformar. A principios de 2017, por ejemplo, vetó a 200 páginas web por este motivo. Sin embargo, estos hallazgos revelan que todavía tienen bastante por hacer en este sentido.
Teniendo en cuenta que las noticias falsas son un problema que afecta a todo el sector de la publicidad, el Global Disinformation Index considera que las soluciones que se requieren deben ser sectoriales, involucrando tanto a las empresas que proporcionan la tecnología para los anuncios como a las empresas que compran los espacios publicitarios. Para conseguirlo, creen que deben ser transparentes al respecto de la ubicación de sus anuncios, deben tener disponibles una lista en tiempo real de los dominios de desinformación que van surgiendo y, por último, dirigir el gasto publicitario únicamente a webs de noticias de calidad.
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