Llega el final de una era para Uber como empresa. Según se recoge en TechCrunch, Travis Kalanick ha dejado de ser el CEO de Uber, marcando el que puede ser un punto de inlexión en la forma en la que entendíamos Uber hasta ahora. Al parecer su marcha ha sido algo forzada, ya que llega después de un "motín" de los accionistas.
Entre quienes han instigado el motín se encuentran algunos de los inversores más importantes de Uber, según el medio. Vista la presión a la que el ya ex CEO de la empresa se ha visto sometido, ha estimado que la mejor decisión que podía tomar era la de dejar su puesto. Y en cierto sentido se veía venir.
Parte responsable de esta presión habría sido una carta enviada por los inversores titulada _Moving Uber Forward_, que recomendaba que Kalanick se apease. Horas después el directivo accedía, dejando las siguientes declaraciones:
Adoro a Uber más que a nada en el mundo y en este difícil momento de mi vida personal he aceptado la petición de los inversores para dar un paso a un lado de forma que Uber pueda volver a construir en lugar de distraerse con otra lucha.
Según fuentes cercanas a la empresa, el expresidente de la empresa mantendrá un puesto en la junta directiva.
Unas vacaciones más largas de lo esperado
Hace una semana que publicábamos que Travis Kalanick se iba a tomar unas vacaciones indefinidas frente al alud de problemas al que se enfrentaba. Entre estos podemos encontrar el aluvión de críticas que la empresa ha recibido últimamente o su gran crisis interna, que ha provocado que divisiones como la de Silicon Valley hayan estado a punto de desaparecer.
Kalanick también habló de que existían asuntos de índole personal que le impedían atender los asuntos de Uber. Entre ellos una "tragedia familiar", según el medio. El ex-CEO de Uber decía lo siguiente al respecto:
Necesito tomarme un tiempo libre del trabajo para guardar luto por mi madre, a quien enterré el viernes, para pensar, trabajar en mí mismo y centrarme en construir un equipo de liderazgo de clase mundial.
Hacía unos días que el liderazgo de la empresa había recaído en las manos de unos cuantos empleados de su confianza que le informarían a él directamente. Con la salida de Kalanick y la enorme crisis interna que menciomanos antes, a Uber ahora le falta por rellenar al menos cuatro puestos de altos directivos.
Si a esto le sumamos que en el pasado Uber se ha enfrentado a escándalos muy sonados como los de abusos sexuales o los de espiar a sus usuarios (todo bajo la dirección de Travis Kalanick), que los inversores hayan decidido dar este paso adelante a la hora de destituir al CEO tiene todo el sentido del mundo.
Vía | TechCrunch
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