Daniel José Santomé Lemus, más conocido en Internet como Dalas Review, ha sido protagonista de múltiples polémicas en los últimos años. Su relación con otros creadores de contenido y comportamientos han dado de qué hablar durante mucho tiempo. Recientemente escribimos sobre su presunta estafa con la criptomoneda PAMBI, siendo una de sus últimas acciones más comentadas en redes. Aunque ahora sale a la luz otra que llevaba tiempo en barbecho: la de su condena frente al caso con el padre de su expareja Miare.
Si bien hace un tiempo hablábamos de esta histórica condena, poco más de un año después ya sabemos el veredicto. Y es que tal y como confirma el abogado defensor del padre de Miare, David Bravo, se ha ratificado finalmente la condena a Dalas por ‘intromisión en el honor y la imagen del padre de Miare’.
Obligado a pagar 12.000 euros y a subir vídeo semanal rectificando
La sentencia del Juzgado de Primera Instancia 5 de Barcelona exigía a Dalas, a indemnizar al padre de su expareja con 12.000 euros por vulnerar su honor e imagen. Además, la Justicia le insistía que debía borrar nueve vídeos de su canal en el que difama gravemente a la víctima con expresiones como "maltratador", "agresor de mierda", "enfermo mental", y otras tantas.
"Sin duda, es difícilmente comprensible que nadie con una inteligencia media pueda pensar que con la excusa de la libertad de expresión, se pueda manifestar toda esta serie de improperios reconocidos como tales por la RAE, para libremente manifestarlas en las redes sociales, sin que el receptor no se sienta agredido y que el sistema no reaccione", declaraba el Tribunal en aquel momento.
Tal y como comparte Bravo, aparte de esos 12.000 euros de indemnización y la eliminación de varios de los vídeos injuriosos, Dalas tendrá además que publicar en su canal una rectificación cuatro veces durante un mes (una vez por semana).
De esos 12.000 euros, 6.000 son por vulneración del derecho al honor y los otros 6.000 por vulnerar su imagen. Los vídeos donde debe rectificar durante un mes deben estar públicos y accesibles en su canal, al menos, seis meses desde la publicación de los vídeos.
"Desde hace años, mi expareja ha iniciado una campaña difamatoria contra mi familia y contra mí, incluyendo ahora a mi padre, quien siempre se ha mantenido al margen de la discusión pública", admitía por aquel entonces Miare en declaraciones facilitadas por su equipo legal.
Junto a esto, la creadora de contenido también aseguraba que tanto Dalas como otros creadores "de su círculo que actúan de rémoras" les han utilizado "como objeto de escarnio y mofa para divertimento de sus seguidores", además de para monetizar este contenido. "Nosotros hemos decidido defendernos en los juzgados y, aunque los procesos son lentos y estresantes, no pensamos parar hasta que se haga justicia con todos los que se han unido a este bullying digital", concluye.
Tras haberse conocido la sentencia el pasado año, Dalas respondió a ella con un vídeo en referencia a la custodia de su perro “Argos”, quien tuvo junto a Miare, y que de hecho fue una de las tantas razones de su desentendimiento. De hecho, en noviembre, la sentencia que obligaba a Miare y a sus padres a devolver el perro fue anulada por "falta de neutralidad".
“Me veo obligada a anunciar estas actualizaciones judiciales porque él se encargó de hacer públicos todos nuestros pleitos para seguir aumentando su hucha y su discurso hostil y violento, con todas las terribles consecuencias que eso ha conllevado para mí y mis allegados”, publicó recientemente Miare tras conocerse la ratificación de la condena. “Ante esos ataques y mentiras sobre el estado de esos procesos, que tan hondo calan entre sus fans, me veo obligada a defender el honor de mi familia. Eso, para su desgracia, implica tener que haceros conocedores de todas sus derrotas judiciales, que ya son unas cuántas”, continuaba.
Toda la condena se puede leer al completo en la publicación del propio Bravo, así como en la de Miare. De esta manera, queda cerrado uno de los tantos capítulos de injurias y desastres de los que Dalas ha sido protagonista.
Imagen de portada | Dalas Review
Ver 4 comentarios