Beth es una artista canadiense que vive en México y acaba de reservar varias noches para alojarse en una casa de Airbnb en la ciudad ucraniana de Odessa, la tercera más grande del país y que espera un posible ataque de las tropas rusas Rusia por el mar en las próximas horas.
No es que Beth quiera arriesgar su vida viajando a un país en guerra o que se sienta atraída por el llamado "turismo macabro" o "turismo sórdido". Simplemente, la residente en la Ciudad de México busca ayudar a una familia a obtener ingresos en plena guerra.
Porque bien es sabido que las guerras sumen a los países y a su ciudadanía en profundas crisis económicas.
Además, como muchas otras empresas, Airbnb ya se ha posicionado y ha cerrado sus operaciones en Rusia y Bielorrusia, lo que, claramente afecta a la economía del país y de la ciudadanía (una ciudadanía que también tiene prohibido protestar contra esta guerra, como hemos visto, aunque muchas personas se han levantado contra Putin).
Una ola de solidaridad usando la tecnología
Como forma de solidaridad, personas de todo el mundo han ideado esta novedosa forma de ayudar económicamente a quienes tienen la intención de quedarse o están atrapados en el país debido al conflicto.
Con esto, hay usuarios de Twitter que están pidiendo a Airbnb que redujera sus tarifas, que suelen oscilar entre el 3% y el 15%, para que los anfitriones ucranianos reciban toda la recaudación. Y, tras las peticiones, un portavoz de Airbnb dijo que renunciaría a las tasas en el país:"Airbnb también está renunciando a todas las tarifas de huéspedes y anfitriones en todas las reservas en Ucrania en este momento".
Eso sí, mirando en Airbnb no es una plataforma muy famosa en Ucrania fuera de las principales ciudades del país, como se puede ver en el mapa y la oferta que hay. Sería interesante que ciudadanos de todo el país, sobre todo de las zonas más afectadas por la guerra, supiera que tienen esta posibilidad de recibir ayuda internacional y alistaran sus casas y habitaciones en Airbnb.
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