Parece que la cosa va hoy de aniversarios: Spotify cumple su primer lustro e Instagram cumple tres años. Y de la misma forma que con el servicio de música en streaming, la vida de Instagram ha sido corta pero muy intensa. No es que la aplicación haya conseguido muchos usuarios (150 millones al mes aproximadamente), es que ha abierto un nuevo mercado de fotografías y filtros que tiene aficionado a millones de personas.
Y mira que lo que hace es simple: tomas una fotografía con el móvil, aplicas un filtro, publicas y listo. Pero aún así Instagram ha sido el centro de las portadas de la prensa tecnológica en muchas ocasiones aún teniendo sólo tres años. Y no solamente porque las cámaras de los móviles hayan mejorado en este tiempo.
h2. Tres años, cinco grandes noticias: el camino de Instagram
Los hashtags fueron la primera gran actualización de Instagram. Demostraban que el servicio iba cogido de la mano de Twitter, que a su vez colaboró integrando las imágenes con filtros como contenido visible en la web y en los clientes que lo soportaran. Ahora siguen cumpliendo su cometido aún habiéndose enemistado de Twitter, aunque en algunas fotografías hay más etiquetas que granos de arena en una playa.
El segundo hito de Instagram fue, sin duda, la llegada de la versión para Android. Algo admirable es que Instagram consiguió la fama siendo compatible sólo con iOS, Android llegó mucho más tarde de lo que debería. Eso ayudó al servicio a conseguir muchos más usuarios y a competir con las aplicaciones que pretendían ser "el instagram de Android".
Pero seguro que estaréis de acuerdo conmigo en que la palma de las noticias se la lleva la compra de Instagram por parte de Facebook. Muchos usuarios empezaron a temblar por los cambios que eso traería, pero el servicio sigue disfrutando de una enorme comunidad de aficionados. Lo malo fue el pique que hubo con la API de Twitter, que ha terminado con la retirada de fotografías de Instagram como medio integrado en los tuits (excepto en algunos clientes no oficiales).
Luego vino el follón del cambio de los términos de uso, donde se insinuaba que el contenido que se publicaba en el servicio podía ser vendido a terceros. Fue más bien una fase preparatoria para incorporar publicidad, pero no sentó nada bien a los usuarios. Tal fue la presión de estos que Instagram terminó retocando los términos para no dejar lugar a dudas: habrá publicidad, pero las imágenes de los usuarios seguirán siendo de los usuarios.
A estas alturas, otros servicios com Flickr y Google+ (con la compra de Snapseed) ya habían aplicado sus propios filtros en sus aplicaciones oficiales. Hasta Apple, con su iOS 7, tiene filtros en su aplicación de fotografías. Más nativo, imposible.
La última gran frontera de Instagram y la más reciente fue presentada por el mismo Mark Zuckerberg: vídeo. Vine y el fenómeno de sus microvídeos de seis segundos amenazaban con crear una moda que distrajera a los usuarios de las fotografías de Instagram, así que en Facebook decidieron que la montaña tenía que ir a Mahoma y lanzaron microvídeos de 15 segundos. Jaime Novoa comparó las semejanzas entre Instagram y Vine a finales de junio.
Está claro que el futuro de Instagram pasa por monetizarse. Una comunidad de este tamaño tiene que ser rentable, sobretodo después de todas las rondas de inversión por las que ha pasado, y la publicidad en la línea temporal de los usuarios será el primer intento para ver si convence bien entre los usuarios. Será un reto, porque este tipo de anuncios puede hacer que la gente prefiera otras alternativas sin anuncios. Y las hay, de la mano de gigantes como Google y Apple. Será otro momento clave para Instagram, que ya ha conseguido muchísimo en su corta edad. Sus creadores, Kevin Systrom y Mike Krieger, pueden estar orgullosos.
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