La educación es uno de las facetas de la vida diaria que más alterada se está viendo por culpa de la pandemia de coronavirus que padecemos. Escuelas cerradas, millones de estudiantes que se ven recluidos en casa de un día para otro, y profesores necesitados de modos de hacerles llegar contenidos didácticos y de gestionar los deberes.
Google Classroom es una plataforma de elearning que permite a los estudiantes comunicarse directamente entre ellos y con sus profesores. Al mismo tiempo, facilita usar herramientas de Google (como Gmail y Drive) para elaborar y entregar las tareas, y que los profesores recurran a la edición educativa de las Google Apps para organizarlas y evaluarlas.
Se trata de una solución de elearning muy popular en los Estados Unidos (hace 6 años que está presente en las escuelas del país), pero la actual crisis ha situado esta plataforma en el disparadero: muchos países en los que tenía poca presencia se han subido al barco de Classroom de forma masiva, y globalmente Google ha visto como se duplicaban sus usuarios hasta sumar más de 100 millones.
Según un estudio difundido por AppBrain, la app móvil de Google Classroom se ha descargado 50 millones de veces desde que comenzó la pandemia, convirtiéndose así en la app educativa más popular, cuando a inicios de marzo no tenía presencia ni siquiera en el TOP 100 de dicha categoría. La compañía ha llegado a poner en marcha una web de recursos educativos junto a la UNESCO.
El caso italiano
Javier Soltero, vicepresidente de Google responsable del desarrollo de Google Classroom y del resto de herramientas de la G-Suite, recibió un email en marzo de su equipo en Europa: le trasladaba una consulta del Ministerio de Educación italiano preguntando si la plataforma de Google sería capaz de poner online todo su sistema educativo nacional de forma inmediata.
Tras el cierre de 28.000 escuelas italianas en febrero, la recién llegada ministra de Educación, Lucia Azzolina, había anunciado la creación de un grupo de trabajo "para garantizar el aprendizaje a distancia", que recopilaría el material y prepararía una plataforma desde el cual ofrecerlo.
"Varios días y noches sin dormir" después de recibir el email, tal como cuenta Soltero, el servicio estaba en funcionamiento y disponible para millones de niños en Italia.
Ahora, la propia web del Ministerio de Educación italiano ofrece instrucciones a los responsables de las escuelas sobre cómo inscribirse en Google Classroom, y cómo acelerar el proceso poniéndose en contacto con los partners italianos del programa Google For Education.
Google ha llegado a colaborar con compañías de telecomunicaciones italianas para facilitar que los estudiantes puedan recurrir a la línea telefónica para, al menos y a falta de otros medios, escuchar las videoconferencias de sus profesores.
Según la web italiana Spremute Digitali, una de las razones por la que no terminaba de despegar en el país transalpino eran las dudas sobre la privacidad, un tema que ha quedado un poco de lado ante la emergencia de la situación.
Pero el de Italia no es un caso extraordinario: a medida que la crisis se ha ido extendiendo, el equipo de Soltero ha recibido una oleada de solicitudes procedentes de instituciones de muchos otros países. Una expansión que, según explica, "refleja, desafortunadamente, el aumento y la propagación de la enfermedad".
Imagen | 9to5 Google & Your Story & Reppublica.it
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