Wired dedicaba el pasado mes de agosto un artículo a contar la historia de NationBuilder, "una startup poco conocida que se ha convertido en el arma secreta de la política global [...] proporcionando software de campaña a políticos de todas las tendencias", desde la verde estadounidense Jill Stein al activista derechista inglés Tommy Robinson, pasando por líderes en el poder como Boris Johnson y Emmanuel Macron.
Ahora, NationBuilder está en el centro de una investigación que implica a organismos europeos y que, aunque a menor nivel, recuerda demasiado al pasado escándalo de Cambridge Analytica.
La Eurocámara pasa en un año de exigir cuentas a rendirlas
Hace un año, el Parlamento Europeo exigió a Mark Zuckerberg que rindiera cuentas ante la Eurocámara (no quedando muy satisfecho con el resultado) a causa del escándalo de Cambridge Analytica, desatado tras hacerse público que la compañía británica de comunicación electoral y minería de datos había extraído de Facebook los datos personales de millones de usuarios.
El legislativo europeo terminaría incluso instando a Facebook a someterse a una auditoría para asegurar la protección de los datos de sus usuarios. Y poco después, llegaría a adoptar nuevas normas destinadas a sancionar a los grupos políticos europeos que hicieran mal uso de los datos personales durante las entonces inminentes Elecciones Europeas de 2019.
Irónicamente, ahora tendrá que ser el Parlamento quien rinda cuentas ante el SEPD (Supervisor Europeo de Protección de Datos), tras saberse que NationBuilder había procesado datos privados de 329.000 personas cuando trabajaba para el legislativo comunitario durante las últimas elecciones europeas.
El Parlamento firmó un contrato de 135.000 euros con NationBuilder, para iniciar un "proyecto piloto" con el objetivo de que esta compañía le ayudase a diseñar una campaña informativa que incitara a los votantes del continente a movilizarse para votar.
Utilizaron para ello el sitio web thistimeimvoting.eu, que permitió recopilar los datos de usuarios interesados en el proceso electoral. Datos (nombres, direcciones de correo electrónico, idiomas preferidos y lugar de residencia) que terminaron siendo alojados y analizados en los servidores estadounidenses de NationBuilder.
Según los representantes de la institución, durante este proyecto, se habría hecho uso únicamente de los "servicios básicos" de la plataforma estadounidense (como gestor de contenidos y envíos de e-mail) y que en ningún momento hicieron uso de funcionalidades que recurrieran a cruzar o compartir datos con terceros.
Según ha aclarado Wojciech Wiewiórowski, adjunto del Supervisor Europeo, las indagaciones sobre este asunto comenzaron en febrero de 2019, y destaca que en el marco de esta investigación, aún en curso, "existe un buen nivel de cooperación" con el Parlamento Europeo. "El Parlamento de la UE continuará cooperando con el SEPD para aclarar cualquier tema pendiente", aclaran desde el servicio de prensa de la Eurocámara.
Vía | Netzpolitik