Tratar de aprobar por la vía rápida robando el examen. Esta frase que parece representar la trama de una película, se da en nuestro país más veces de la que podemos pensar. En la actualidad, el uso de las nuevas tecnologías dentro de los centros educativos hace que un profesor almacene todas las actividades de evaluación como los exámenes en sus nubes detrás de las cuentas institucionales. Pero... ¿Qué pasa si un alumno puede entrar?
Ya no hace falta tratar de encontrar la manera de entrar en el despacho de un profesor para saber qué va a preguntar. Ahora simplemente hay que tener ojo para detectar un despiste de un profesor a la hora de introducir la contraseña de su email para después entrar y acceder a su Drive. Esto es lo que ha hecho un menor de edad en Sevilla, y por lo que ya ha sido condenado.
1000 euros por tratar de robar un examen de instituto
El juzgado de Menores de Sevilla ha condenado a un alumno de 17 años de un instituto de Ginés precisamente por acceder al email de su profesora con el objetivo de robar los exámenes que guardaba. Obviamente, todo esto sin su consentimiento, lo que constituye un delito contra la intimidad.
El menor de edad a consecuencia de esta jugarreta va a tener que pagar 1.000 euros (aunque lo harán sus padres como tutores responsables), así cómo realizar 55 horas de trabajo en favor de la comunidad. Todo esto por considerar el juez probado que accedió a la cuenta de su profesora entre febrero y abril de 2022.
La profesora víctima de este acceso indebido se percató de la situación en el momento que recibió una notificación de un nuevo acceso a su cuenta que no identificó. Al momento lo puso en conocimiento de la Guardia Civil para comenzar a investigar los hechos, situando como principal sospechoso desde el primer momento a algunos de sus alumnos.
Y aunque los expertos afirman que es realmente complicado de identificar al autor de estos accesos, la realidad es que aquí hubo fallos que le identificaron. Lo primero es que en la notificación de acceso se informaba de la marca y el modelo de móvil con el que se había accedido. Un modelo que la profesora conocía porque fue usado para copiar durante un examen de manera anterior.
Todo esto llevó finalmente a que el menor pudiera ser identificado. Aquí radica lo importante que es para los profesores poner sus contraseñas de manera escondida, pues en cada clase están expuestos si usan el ordenador del centro.
Vía | ConfiLegal
Imágenes | Ben Mullins Alissa De Leva
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