La Tasa Google que España impuso (como otros países de la Unión Europea) a los gigantes tecnológicos de Estados Unidos supuso una de las grandes crisis diplomáticas entre nuestro país y el país americano en estos últimos años. Primero con Donald Trump y luego con el actual presidente Joe Biden que no vieron con buenos ojos este impuesto extra a empresas estadounidenses.
Pues ahora hay una tregua y ambos países se han estrechado las manos. España, junto con otros países (Francia, Italia, Austria y el Reino Unido) que habían impuesto esta norma de forma unilateral han llegado a un acuerdo con Washington para mantener la Tasa Google al menos hasta 2023. Y además, Estados Unidos va a eliminar los aranceles que había creado como respuesta a empresas de países como España.
En el mes de junio el gobierno de Biden los había suspendido de forma temporal durante 180 días mientras se comprometía a negociar con los países que cuentan con la Tasa Google y ahora, tras el último acuerdo, se eliminan de forma indefinida.
Mientras tanto, antes de 2023, todos estos países deberán ir desarrollando un acuerdo que sea multilateral y que ya se está negociando dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el G-20.
Avances hacia acuerdos globales para impuestos
No hay que olvidar que hace apenas unos días, en este mismo mes de octubre, la OCDE anunciaba un acuerdo que sumaba e 136 países —de entre ellos, todos los del G-20—, para crear un pacto global de llegar a aplicar un gravamen global del 15% sobre los beneficios de las multinacionales a partir de 2023. Incluso Irlanda, que funciona a modo de paraíso fiscal dentro de Europa para gigantes tecnológicos como Amazon, Google o Facebook, aceptó este acuerdo.
Aún así, países de gran tamaño y fuertes para la economía global como Nigeria, Pakistán, Sri Lanka o Kenia han decidido no formar parte de este acuerdo.
Además de subir el tipo impositivo, el acuerdo de la OCDE habla de que las empresas mundiales paguen impuestos en los países donde venden sus productos o servicios, aunque no tengan presencia física en ellos. Ahora, las empresas como Google, Apple o Facebook, aunque tengan clientes en España, pagan sus impuestos en Irlanda porque es donde está presente su oficina central para operar en toda Europa.