En el momento en el que escribimos este artículo hay más de 250 personas escuchando death metal generado por una inteligencia artificial. Recibe el nombre de Dadabots, y es el resultado de un algoritmo capaz de mezclar instrumentos, voces y ritmos para generar, de forma ininterrumpida, música de este género.
Sin pausas, con un ritmo excesivo incluso para el género en el que se enmarca esta música, y con el objetivo de ser la antesala de un proyecto aún más grande. Así es esta inteligencia artificial, que ha sido capaz de crear álbumes subidos a Bandcamp, así como de lograr que más de 7.000 personas se suscriban a un canal de YouTube que emite su música en directo.
24h de death metal inhumano (literalmente)
Christopher James Carr y Zack Zukowski son dos expertos en aprendizaje automático, encargados de llevar a cabo este proyecto que lleva en marcha desde el año 2017. ¿El método? Hacer que su IA escuchase un total de 29 veces, a lo largo de varios días, Psyopus’ Ideas of Reference, un álbum de música real que combina rock duro, experimental, hardcore y heavy metal entre otros. Posterior a las escuchas, la IA trata de generar una versión similar a lo que ya ha escuchado. Por el camino de la recreación perfecta, los autores toparon con este tipo de música autogenerativa, y decidieron explotarla.
En el artículo que publicaron desde Dadabots, explican el arduo trabajo tras su IA, que ha tenido que analizar miles y miles de fragmentos musicales para aleatorizarlos, pasar posteriormente por periodos de prueba, y finalmente validarse. Para ello, se dividía cada composición en 3.200 fragmentos de ocho segundos. Tras escuchar cada fragmento, la IA debía adivinar cómo sonaría su continuación. Para esta tarea se utilizó una red neuronal SampleRNN modificada, uno de los métodos más actuales para generar audio neuronal de extremo a extremo.
Actualmente, Dadabots cuenta con 10 álbumes subidos a la red, un canal de YouTube en el que emiten en directo death metal, y la promesa de que su IA pronto será capaz de generar otros géneros, como el jazz.
Vía | The Next Web
Ver 3 comentarios