Aunque cada vez que descubrimos algo nuevo sobre Ashley Madison parece que va a ser lo último, lo cierto es que, a pesar de que ya hace casi un mes que los datos de 37 millones de usuarios de esta red fueron filtrados, las noticias sobre la plataforma de adulterio se suceden como ningunas.
Las informaciones más recientes apuntan, por una parte, a que la compañía habría estado a punto de enviar 100 mil tuits de spam al mes a través de cuentas falsas; y por otra, a que muchas de las contraseñas empleadas por los habituales del site, plasmaban su culpabilidad (o cinismo) por sí mismas.
Tuiteando spam
Así, según publica el Business Insider, la página de relaciones extramatrimoniales habría diseñado una herramienta llamada Twitply, capaz de detectar y responder automáticamente a aquellos tuits que contenían palabras “clave” para la empresa -como adulterio, infidelidad y similares-, y cuya puesta en marcha hubiera topado de frente con la política de dicha comunidad virtual.
El periódico, además, publica los correos electrónicos intercambiados en febrero de 2012 entre el fundador Noel Biderman y su CTO Raja Bhatia –creador de Twitply-, unos mails que evidencian el fracaso de su idea y una gran disputa. Una discusión que se centraba en el supuesto incumplimiento de un contrato por parte de Bhatia, quien se había comprometido a lanzar, al menos, 100 mil tuits de spam en Twitter al mes.
Sin embargo, su programa fue retirado tras 10 horas de uso, pues los mecanismos antispam de la plataforma de microblogging lo detectaron. La supresión, sin embargo, despertó el enfado del propio inventor, que acusó a Biderman de no llevar a cabo todas las acciones necesarias para que funcionara.
“Te dije cómo evitar los protocolos de spam, te advertí de que el software no era la panacea” le espeta. “Olvida los pagos y gracias por hacerme perder tres semanas de tiempo”. Todo adornado de palabras malsonantes, por supuesto.
Su servicio, en todo caso, ya había analizado más de dos millones de tuits y enviado unas 23 mil respuestas. Pero no solo eso, sino que pretendía ir mucho más allá. O al menos eso nos hacen pensar los detalles acerca de la compra masiva de cuentas de Twitter que encontramos en sus comunicaciones.
Contraseñas culpables (o cínicas)
Al margen de los spam tweets, la última filtración de contraseñas –fruto de un error de código- ha puesto de manifiesto un hecho curioso: que muchos de los supuestos adúlteros se registraba con un password culpable (o cínico, según se vea).
Mypasswordispassword, thisisagoodpassword, goodguydoingthewrongthing, thisiswrong, itinkilovemywife denotan desde remordimientos hasta falta de escrúpulos y negación. ¿Tú qué crees? Y, ¿qué será lo próximo?
Imagen | Pixabay
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