Ciudadanos de más de 900 ciudades y 82 países se disponen a tomar las calles y plazas para dejar bien claro que no quieren ser mercancía en manos de una alianza de políticos y banqueros (subsidiados mediante indemnizaciones y constantes recapitalizaciones).
Aunque nada tan grave como la impunidad de la que disfrutan las élites financieras gracias a la influencia que sobre los altos tribunales ejercen sus aliados políticos, aunque en algunos casos más parecen capataces del señorito al que sirven.
Lo de mañana será por lo tanto una protesta contra la corrupción global que daña la economía real y de la que en España vamos sobrados de pruebas y de responsabilidades, en primer lugar la de los grandes partidos políticos que "okuparon" las cajas con el resultado por todos conocido.
Ahora la nave hace aguas y aquel planito para pintarlo de verde retrata como pocos el saqueo de España. De la SGAE al suelo. De las cajas a los aeropuertos sin aviones o los sueldazos en las televisiones públicas.
Pero la protesta de mañana (sábado) hará historia por ser una acción global sin precedentes contra el cáncer de la corrupción. Todos bajo un mismo lema y convocados por ciudadanos libres. Un hito civil y organizativo por ser ajeno a los partidos políticos instalados, pero también al tejido asociativo clásico de las Iglesias, las ONG´s, los sindicatos, etc. Se trata sin duda de un nuevo movimiento civil que ha tenido y tiene en la red (o medio de comunicación de la gente) la clave de su potencial organizativo.
En España son más de 60 las ciudades en las que se han convocado marchas respetando el lema común a nivel mundial: unidos por un cambio global. Si bien, tal y como han explicado portavoces de Democracia Real Ya, cada marcha tiene autonomía para mostrar otros eslóganes que consideren apropiados y que sirvan para mostrar su indignación con la situación que pretenden denunciar.
No faltará en sus diversas formas la demanda de una auténtica democracia (igualdad ante las urnas, separación de poderes y nuevas formas de participación). Principios o reivindicaciones que se han convertido en una de las señas de identidad del movimiento 15-M.
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