En 1996, por primera vez, los electores brasileños entraron en contacto con una microcomputadora que les permitía elegir a su candidato y registrar su voto. El Tribunal Superior Electoral de ese país había establecido así las llamadas urnas electrónicas, cuyas primeras experiencias piloto se iniciaron hace 18 años.
Las urnas electrónicas tienen el propósito no solo de dar a conocer más rápidamente los resultados y evitar los fraudes, sino además agilizar el recuento, tres horas en la primera vuelta presidencial, ayudar a las personas con discapacidad y fomentar (abaratando y estimulando) la participación en consultas de todo tipo (palabras mayores y temidas).
En España conocemos hoy que Consejería de Educación de la Junta de Andalucía pondrá en marcha este año un plan experimental para que los padres y madres puedan votar a través de Internet en las elecciones a los Consejos Escolares. El recelo institucional al voto electrónico trasciende los problemas y garantías técnicas que deban solventarse.
Esta modesta iniciativa va en la buena dirección. Por cierto, Brasil vota el domingo. Los resultado ipso facto. ¿Pasaremos de la urna electrónica al e-voto desde casa o el metro sin enterarnos?. ¿Tienes miedo?.
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