Chris Dodd, hasta hace escasas semanas influyente senador demócrata de Connecticut, presidirá la Motion Picture Association of America (MPAA) que aglutina a los principales estudios de Hollywood y está considerado como el principal impulsor de las leyes contra Internet a nivel mundial. Esas leyes, directivas y acuerdos en los que pone tanta pasión la embajada de los EE.UU para llegado el caso cerrar webs incómodas como contó uno de la MPAA señalando a WikiLeaks.
Los de la MPAA, que según nos contó la eurodiputada socialista Françoise Castex, presiona a sus compañeros de filas e incluso les hacen regalos, parecen decididos a seguir con su política de "transparencia" y han vuelto a nombrar a un político que hereda el gran trabajo que para el cártel del cine desempeñó el también demócrata Dan Glickman, antiguo Secretario de Agricultura de Bill Clinton.
"Estoy realmente emocionado por poder representar los intereses de una de las industrias más creativas y productivas de América no sólo en Washington sino en todo el mundo", ha explicado Dodd.
A Dan Glickman le pagaban 1.35 millones de dólares al año pero parece que al nuevo le van a pagar algo más (un 25%) pues su caché como político influyente en Washington es mucho mayor. Muchísimo. Como responsable de la MPAA responderá ante los jefazos de los seis principales estudios de cine Sony Pictures Entertainment, Universal Studios, Warner Bros, Walt Disney, Fox Filmed Entertainment y Paramount Pictures.
El proceso de búsqueda de alguien con las caracterísitcas que se requerían ha resultado interminable. Algunos medios han especulado sobre la dificultad de dar con un perfil tan exigente y han sido muchos los nombres rechazados. Se quería alguien con verdadero poder. Alguien de Biden pero bien relacionado con Obama y los republicanos. Un pura sangre de Washington. Los de Los Ángeles coquetearon sobre todo con el ex senador Bob Kerrey, también demócrata, pero la cosa no cuajó. Dodd era el hombre.
Pocos recodarán que el nuevo CEO de la MPAA luchó en 2008 por ser nominado candidato demócrata a las presidenciales. Se retiró al comprobar que no le votaba casi nadie. Sin embargo en el Senado es un lobby en sí mismo con 30 años de experiencia y destacando siempre en los puestos más influyentes, por ejemplo ha sido presidente de la Comisión Bancaria del Senado. Naturalmente no se enteró de la crisis financiera ni de los problemas de los bancos (o con los bancos) que él no ha tenido.
Más bien al contrario pues en plena crisis el Bank of America le condedió dos créditos hipotecarios a un tipo de interés especial, muy por debajo del que le conceden al ciudadano medio. Por eso sus compañeros le recomendaron que no se volviese a presentar a unas elecciones. Si bien el Comité de Ética del Senado le exoneró de culpa.
Foto | IowaPolitics.com En Nación Red | Cuando Hollywood se dirige al gobierno de EE.UU y le atiende una colega que trabaja para ACTA